PAG'S. UNA HISTORIA PARA RECORDAR
UNA HISTORIA PARA RECORDAR
VIVIANA RIVERA / ALBERTO VARELA
Un grupo de periodistas de 2ºA [PAG'S] abren una investigación
sobre la vegetación del recinto exterior del IES Francisco Aguiar (Betanzos)
NURIA BEIRO, NEREA BELLO, PATRICIA CAMPOS
BETANZOS / IES FRANCISCO AGUIAR / 28/11/2017
Este año, tres alumnas han decidido investigar sobre un interesante caso, el árbol más especial del IES Francisco Aguiar. Es un carballo, que lleva muchos años en el Centro. Para ello, han entrevistado al profesor con más antigüedad en el Instituto, Xosé Manuel Montero Gómez.
-¿Por qué se plantó ese árbol?
-Fue en el año 2006. El Parlamento celebraba su 25 aniversario, y escogió nuestro Instituto para celebrar un acto por su logro. Todo el personal de la mesa del Parlamento, entre ellos, la presidenta Dolores Villarino y el vicepresidente, natural de Betanzos, Jaime Pita, llevaron a cabo un acto en el polideportivo y allí asistieron, además de todos los miembros de la Mesa del Parlamento y el profesorado, todo el alumnado y medios de comunicación. Allí plantaron “El árbol del diálogo”, el carballo.
VIVIANA RIVERA / ALBERTO VARELA
-¿Por qué en ese sitio?
-Porque era el centro de todo el Instituto, estaba en la entrada y era un lugar destacado ya que había pocos árboles.
-¿Y por qué se decidió plantar luego más árboles?
-Desde el 1980 se fueron plantando árboles progresivamente. A veces era el Concello el que los mandaba para que los pudiéramos plantar.
-¿Dónde están los árboles más antiguos?
-Por la parte de atrás.
-¿Hay alguna otra historia sobre otro árbol en especial?
-Teníamos una mimosa por la parte de atrás que era perfecta, todas las personas que pasaban se sorprendían y les llamaba mucho la atención. Pero un día de tormenta la partió un rayo, se plantó otra, pero ya no es igual a la primitiva.
-¿Cuántos tipos de árboles hay aproximadamente?
-Hay muchísimos tipos, se intentó plantar mucha variedad para que quedara bonita la zona verde, y de hecho , hay algunos árboles que dan fruta. Recuerdo que los alumnos que estudiaban por la zona de la antigua porqueriza se la comían toda, estuviera, o no, madura. Se acababa muy rápido.
Y así es cómo se da a conocer la gran historia del carballo, que aún sigue en el Centro, y esperemos que lo haga por muchos años más.
NURIA BEIRO / NEREA BELLO / PATRICIA CAMPOS