UNOS REGALOS SORPRENDENTES (Lola Núñez)

     Querido abuelo:

  Te escribo para preguntarte quá tal va tu vuelta al mundo y para darte las gracias por los regalos que has mandado. Nos han gustado mucho.

    El regalo de papá nos parece precioso con tantas plumas y colorines, aunque no sabemos qué es.

    Mamá dice que sus zancos son estupendos y que le gustarán aún más cuando aprenda a subirse en ellos.

    Mi hermano Ignacio está también muy contento con su sombrero. Como le queda grande, lo usará como columpio hasta que crezca. Cuando aprenda a hablar, seguro que te dice él mismo cuánto le ha gustado.

    ¡Mi regalo sí que es fantástico! Yo siempre había querido tener una piragua como esa; pero me ha dado algunos problemas. Te lo voy a contar: el viernes fuimos mamá y yo a la oficina de correos a recoger los regalos. Cuando vimos el paquete de la piragua nos dimos cuenta de que era un poco grande para llevarlo nosotros solos y pedimos ayuda a las personas que estaban allí. Menos mal que encontramos a quince personas muy amables que nos echaron una mano.

    Al día siguente, que era sábado, papá y yo colocamos la piragua en el remolque del coche para llevarla al lago. Nos costó muchísimo trabajo meterla en el agua y cuando lo conseguimos, vino un guardia y nos obligó a sacarla porque decía que los transatlánticos debían estar en el mar. Yo me puse a llorar porque me parecía injusto que todos los chicos del barrio pudieran jugar allí con sus barquitos y yo no.

    Cuando se me pasó el berrinche, empezamos a pensar qué hacer con mi piragua. Le dimos muchas vueltas a la cabeza y, por fin, decidimos usarla como medio de transporte para ir a China de vacaciones el próximo verano.

    Ya hemos empezado los preparativos del viaje. Vamos a equipar la piragua con una cocina, una sala de máquinas, tres camarotes y un comedor. ¡Quedará preciosa!

    Otra cosa que tengo que decirte es que no hace falta que mandes un recuerdo de todos los países que visites en tu viaje alrededor del mundo. Nos gustan mucho tus regalos pero no queda sitio en casa para guardarlos.

    Bueno, abuelo, ya no tengo nada más que contarte. Acaba pronto de dar la vuelta al mundo porque tienes que volver a tiempo para mi fiesta de cumpleaños.

    Un beso muy fuerte de tu nieto Federico.

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