EL  CUENTO  VACÍO (Adaptación del cuento de Rocío Sanz)

    Había una vez un cuento descontento porque estaba vacío. No tenía nada: ni hadas, ni duendes, ni dragones, ni brujas. Ni siquiera tenía un lobo o un enano.

    Los otros cuentos lo tenían todo: siete enanos, botas de siete leguas y ¡hasta un País de las Maravillas! Pero nuestro cuento estaba vacío.

     Entonces el cuento se fue a ver a las hadas.

    - No podemos ayudarte, estamos muy ocupadas en otros cuentos - dijeron las hadas.

    Nuestro cuento fue a ver si conseguía algún dragón, pero todos estaban en cuentos chinos. Trató de conseguir unos cuantos duendes pero andaban ya en otras historias. Tampoco pudo conseguir dragones ni duendes.

   Como seguía estando vacío decidió no salir de casa porque no quería que nadie lo viera así.

    Pero los niños del mundo querían tantos cuentos que los gastaron todos. Entonces se acordaron del cuento vacío y decidieron ir a buscarlo.

    Lo rellenaron de cosas: luciérnagas, naves espaciales, ballenas, marcianos, un ratón en bicicleta, pingüinos...

    Nuestro cuento estaba feliz y  los niños también porque podían poner en el cuento vacío lo que quisieran.

Ahora que has acabado de leer, comprueba si lo has entendido bien y realiza el test pinchando aquí