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El Blanco Amor y el Rego de Trabe se unen para participar en un concurso científico

El Blanco Amor y el Rego de Trabe se unen para participar en un concurso científico

Un artículo de Sara Vázquez publicado en el diario La Opinión el 22/04/2022.

La vocación y el arranque de la estudiante de segundo de Bachillerato Paula Taibo han unido a su actual instituto, el Rego de Trabe, y al centro en el que estudió antes, el Blanco Amor, para concurrir juntos al concurso científico CanSat, una iniciativa de la Agencia Espacial Europea que propone elaborar un satélite que quepa en una lata de refresco. La estudiante fue la única en su instituto que quiso participar en el certamen este curso, por lo que buscó compañeros en el centro vecino, a través del que fuera su profesor de Tecnología, y de ahí nació el equipo 4 Gatos, que tiene como mentores para el proyecto a los profesores Ángel Acción, del Blanco Amor, y Beatriz Méndez, del Rego de Trabe. El lanzamiento será el próximo jueves en Lugo, en la fase autonómica. Los ganadores acudirán a la estatal y, de allí, a la europea.

Equipo CanSat 4GATOS. Paula Equipo CanSat 4GATOS. Xabier, Celia, Belén y Angel

Xabier Guitián, Belén Míguez y Celia Piñeiro, que cursan primero de Bachillerato en el Blanco Amor completan el equipo junto con Taibo. “Segundo de Bachillerato es un curso bastante exigente y la gente no se apuntó. En el club de ciencias, de hecho, se quedan los más pequeños, salvo Paula, que fue casi la razón de crear el del Blanco Amor cuando estaba en segundo de ESO. Es una maravilla: muy formal, muy responsable, y no tiene problema en explicarles cosas a compañeros de uno o dos cursos menos”, asegura Ángel Acción sobre su exalumna, que se cambió al Rego de Trabe para cursar Tecnología Industrial, ya que en el Blanco Amor no se reunió el número mínimo de alumnos para ofertarla.

El satélite de los chicos cullerdenses tendrá como misión secundaria —además de la principal, común a todos los participantes— tomar fotografías que permitan analizar si otros planetas serían habitables. La cámara que lleva el satélite tomará instantáneas durante el descenso, de modo que permitirá montar con ellas una película en formato timelapse “con la que reproducir la dinámica de bajada del satélite y prever futuras incidencias”. Además, con programas de código abierto, las imágenes permitirán hacer un levantamiento del terreno, de modo que se podrá elaborar un mapa y una recreación tridimensional para conocer el relieve. “En lugar de lo que hizo el Interstellar, que fue mirando planetas a ver si es posible habitarlos, mandamos satélites a ver si se pueden habitar”, cuenta divertida Beatriz Méndez.


 

Logo 4GATOSEl CanSat tiene como objetivo diseñar, construir y enviar a la atmósfera un pequeño satélite del tamaño de una lata de refresco. El satélite será lanzado por un dron hasta una altitud de aproximadamente un kilómetro, debiendo completar varias misiones durante la caída, controlada mediante un paracaídas.

La misión primaria consiste en la medición de distintos factores ambientales durante el descenso, en concreto, la temperatura del aire, la humedad y la presión atmosférica, para almacenarlos en una tarjeta micro SD en su interior y transmitirlos mediante telemetría a la estación de tierra (o Estación Base).

Una vez que el CanSat llega a tierra, tras el descenso, podemos analizar la información de la tarjeta SD y compararla con la de la estación base, con el fin de comprobar que la comunicación mediante radio entre estación base y CanSat ha sido exitosa.

Como misión secundaria hemos decidido desempeñar un diseño de CanSat indicado para la exploración exterior, con el objetivo de proporcionar información básica para planificar la instalación de un futuro asentamiento humano en el lugar sobre el que se despliega el CanSat. Cuando se exploran planetas u otros cuerpos nuevos en el espacio, muchas veces no se puede mandar científicos a investigarlos. En nuestra misión secundaria hacemos una recreación 3D de la superficie de forma que los científicos puedan ver cómo es sin necesidad de estar allí. Añadiendo los datos recogidos de la atmósfera y superficie de nuevos cuerpos celestes, evitando así situaciones como la presentada en la película Interestelar, en la que envían personas a investigar planetas y verificar si son habitables, poniendo en riesgo su vida. Con este método, podría hacerse el estudio de manera segura.

Para ello, el satélite va equipado con una cámara que toma fotografías del terreno durante el descenso y utilizando el método de la fotogrametría, se consigue la recreación 3D de la superficie del planeta.

Después, se usaría un programa de fotogrametría (nosotros usamos Meshroom, que es de código abierto) que reconoce las fotografías y encuentra las similitudes. Las une utilizando estas solapaciones y, cuando ya tiene formado el puzle de fotos, apoyándose en los metadatos, hace una recreación del relieve, sacando el modelo 3D. Además, con una referencia, permitiría sacar distancias haciendo cálculos a partir de la recreación.

De este modo, no solo tenemos un “mapa” del lugar del aterrizaje, sino también una recreación tridimensional que nos permite conocer el relieve del terreno y evaluar su viabilidad como futuro asentamiento.

Esta recreación 3D de la superficie podría combinarse con otras tecnologías actuales, como la realidad virtual, consiguiendo una experiencia parecida a la de estar en el cuerpo celeste mismo.

Logo TopSecretContenido censurado hasta la fecha del lanzamiento.