10 de septiembre 2018

Este soleado lunes finlandés empieza a las 8 de la mañana con una clase de Orientación para los alumnos de 1º curso de bachillerato. La imparte la orientadora del centro junto con dos alumnos de 2 curso, que hacen de tutores del grupo. La clase se imparte en finlandés, pero nos dicen que trata de motivación, técnicas de estudio y trabajo, trucos y consejos para un mejor rendimiento, etc. Los chicos tienen sus ordenadores abiertos y escuchan a la orientadora y a sus tutores o miran su pantalla, en total silencio, como siempre.

En la segunda hora observo a la compañera de música y ya me parece mucho más semejante a nuestra realidad en las aulas españolas: los chicos están sentados en parejas,  no en grupos, hay explicación de la profesora mientras los chicos escuchan. También hay presentación de un trabajo en grupo de los alumnos. El aula está muy bien equipada: dos pianos, una batería y más instrumentos musicales. 

Ahora toca clase de Informática, también en finlandés. Veo que es eminentemente práctica, los chicos están trabajando con una hoja Excel y la profesora ayuda a unos y otros moviéndose por el aula.

Por ultimo, veré cómo trabajan en Biología. Es el 5 y último curso obligatorio de esta materia para los alumnos de bachillerato. Otra vez puedo decir que el estilo y método es bastante tradicional: la profesora explica, los alumnos toman notas pero con su bolígrafo, sí, por fin veo libretas encima de la mesa y no ordenadores! Se reparten fotocopias para que los alumnos practiquen para el próximo examen. Por último, también  me resulta familiar ver a los chicos levantando la mano (entera, no sólo un dedo) para contestar a las preguntas que plantea la profesora. Os dejo aquí muestra de los contenidos de la unidad de hoy: el ADN.

Fin de la jornada: mi reflexión es que, por lo observado hoy, el uso del ordenador no es totalmente excluyente del encerado y el papel en Finlandia, aunque se usa mucho menos que en nuestras aulas, sobre todo porque los exámenes de todas las materias son online desde este curso, obligatoriamente. Muchos alumnos dicen preferir hacer los ejercicios de matemáticas y otras materias de ciencias a mano, porque son más fáciles de realizar. Los profesores aún no saben qué resultado dará esta forma de evaluar, el tiempo lo dirá.

Pero en lo que no hay semejanza es en la forma de estar y moverse el alumno por el centro: total libertad para ocupar bancos, tumbarse cómodamente en ellos, escuchar música en los recreos, usar sus móviles en todo momento. Pero eso sí, EN SILENCIO. Nada de barullar, chillar, golpear mobiliario, pelear con el compañero, etc. La máxima finlandesa es “te doy confianza y tú me das responsabilidad“. Y parece que les funciona.

Bye for now!

Temi