DIA 6. LA COSTA: DE NOLI A VARIGOTTI

Preso de una insolación escribo esta última crónica de nuestro viaje a Italia. Hoy fue una jornada físicamente exigente. Madrugamos al igual que todos los días. Antonella nos recogió a las ocho menos cuarto para llevarnos a la Plaza de Aldo Moro en Rívoli, donde nos esperaban nuestros chicos y los estudiantes italianos, que hoy nos acompañaron en la actividad programada.

Nos acompañó también hoy Cristina Peretti. Un bus nos trasladó hasta la localidad costera de Noli, ciudad que según nos contaron nuestras anfitrionas tuvo gran relevancia y una categoría comparable a Venecia o Nápoles. Algunos vestigios arquitectónicos dan fe de ese esplendor hoy apagado. Comenzamos desde allí una ruta de senderismo que tardaríamos tres horas en completar. Desde la montaña que mira al mar por donde discurría nuestro camino advertimos la singularidad de la costa de la región de Liguria. Frente al mar y a lo largo de toda la costa se alzan escarpadas montañas surcadas por miles de senderos que ponen a prueba a los más intrépidos caminantes y a algún que otro aficionado a la bicicleta de montaña. El paisaje está salpicado por alguna capilla dedicada a algún santo, ocupando estos emplazamientos privilegiados y que hoy sirven de mirador hacia el Mediterráneo. El camino se hizo duro para los chicos y chicas. No están acostumbrados a andar y mientras caminaba entre ellos advertí, con sorpresa, que la frase mas repetida no era referida a la belleza del paisaje o a los olores del tomillo y la lavanda que estrenaban flor e invadían el paisaje con sus tonos violetas y verdes. No, la frase mas escuchada fue: "Jo, no tengo datos tía" o también "Aquí no hay cobertura". Es una pequeña reflexión acerca del mal que nos acosa, una generación dependiente en exceso de los teléfonos móviles. Será que me estoy haciendo viejo. Vaya usted a saber.

Bueno, reflexiones aparte nuestro camino terminó en Varigotti, población costera destino de veraneantes con posibles que nos sirvió para pasar una deliciosa tarde en la playa. Los más osados y osadas, para envidia de este que escribe, se bañaron y disfrutaron del sol que hoy sí, por fin, calentó como un demonio. Tanto es así, que muchos de nosotros volvimos achicharrados y  con la piel algo quemada. Retornamos a media tarde a Rívoli y tras entregar a los muchachos a las familias que los esperaban nos despedimos hasta el día siguiente, que será el último en tierras italianas.

Ahora toca descansar y dejar que la noche y algo de crema hidratante alivien los efectos del sol. Hasta mañana!

Álbum: Erasmus + KA1 -> Intercambio Italia - 17/04