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8 DE MARZO, DÍA DA MULLER

ARTURO PÉREZ-REVERTE  (20-01-2013)  

UNA MUJER DE TREINTA SIGLOS
Cambian los tiempos y las gentes. Cambia nuestra forma de ver el mundo y de vernos a nosotros mismos. A menudo esos cambios son para bien, y nada ha de objetarse a ellos. Otras, no del todo. No es tanto el bien que nos aportan, quiero decir, a cambio de lo que arrastran consigo. Hay cosas buenas que llevan implícitos sus daños colaterales propios. Sus estragos particulares. Y de todos los grandes cambios que nuestro tiempo, el de la situación de la mujer en la sociedad que aún llamamos occidental es, seguramente, uno de los más notables. De los más extraordinarios. He dicho y escrito alguna vez que las mujeres son el sujeto más interesante, el que mayores sorpresas aportará a este siglo XXI en el que aún nos encontramos, prácticamente, desayunando. En lo narrativo, por ejemplo, literatura, cine o televisión, a la hora de contar historias o plantear situaciones, la mujer es sin duda el personaje más prometedor. El que mayor juego dará en el futuro. Hablo de mujeres protagonistas por ellas mismas, enfrentadas a sus desafíos específicos, a sus territorios hostiles. A sus íntimas o públicas victorias y derrotas.
Después de tres mil años de literatura hablada, impresa o audiovisual, de La Ilíada a Mad Men, el hombre como norma de estilo, como eje narrativo, ha dado de sí cuanto tenía que dar; está más exprimido que un limón de paella. La mujer, sin embargo, enfrentada a desafíos antes inimaginables para su sexo, es cada vez más dueña de su destino, libra sus propias batallas, asedia o defiende sus específicas Troyas, se embarca de regreso a Itaca o navega con naturalidad antes exclusivamente masculina hacia la incierta isla de los piratas. Y lo que hace esa aventura tan fascinante para el lector-observador es que todo esto lo realiza ella sin abandonar todavía esa zona gris, ambigua, situada entre lo que durante siglos la mujer ha sido y lo que será en el futuro; entre las viejas reglas escritas por los hombres y las que ella misma, con esfuerzo y tesón, intenta y consigue trazar ahora. Entre el instinto de supervivencia y caza autosuficiente, cada vez más firme, y el instinto de nido-útero-corazón que todavía, a veces -y en ocasiones para su desgracia-, no ha conseguido dejar atrás. O no quiere.
Sería ruin, sin embargo, despreciar a las otras mujeres; las que, sometidas durante siglos a códigos impuestos por los hombres, y considerando esas exigencias como destino ineludible y obligación, tejieron pacientes en telares, mantuvieron encendido el fuego que daba calor y vida, construyeron familias, sociedades, mundos, en torno a su vientre fértil y su voluntad tenazO 8 de marzo conmemoramos o Día da muller cos alumnos de 4º ESO A. Comenzamos lendo un manifesto elaborado entre todos e, para esta lectura, contamos además coa presencia do Alcalde, Adolfo Muiños e persoal do Concello. Despois, na Biblioteca, estivemos nunha charla con dúas futbolistas rianxeiras: Zaida e Laura. Estas, moderadas por Hadriana Ordóñez, contaronnos as dificultades as que se enfrontan a diario nun deporte que maioritariamente segue sendo masculino y generosa. Sostuvieron, en suma, el pulso de la vida. En sociedades avanzadas como la europea y la occidental, ese modelo de mujer, esposa y madre abnegada, está en extinción, con sus ventajas y sus inconvenientes. Pero todos conocemos aún a mujeres como esas, o tenemos memoria cercana: madres, tías, abuelas. Memoria de admirada ternura. Aquél era otro mundo, ellas no pudieron elegir, y sin embargo supieron estar a la altura moral que ese mundo injusto les exigía.
Pensé en esas mujeres admirables el otro día, cuando mi amiga Concha Fernández, de la universidad de Sevilla, con la que desde mi modesta situación de aficionado comparto el gusto por las antiguas inscripciones sepulcrales, me envió un estudio sobre el epitafio de una mujer romana de la segunda mitad del siglo II. Y mientras leía el hermoso texto grabado en mármol, pensé que este podría, perfectamente, honrar la memoria de tantas sombras queridas que pueblan la mía y la de casi todos ustedes: mujeres ya fallecidas o afortunadamente vivas, que todos conocimos o conocemos, para las que parece escrito este elogio fúnebre: «Tú, tan grande, guardada en una urna tan pequeña (...) Intachable en su casa y de sobra intachable fuera de su casa, era la única que podía afrontarlo todo (...) Fue siempre la primera en abandonar el lecho, y también la última en irse a descansar tras haberlo dejado todo en orden; la lana nunca se apartó de sus manos sin una razón, y nadie la superaba en ganas de agradar; sus costumbres eran muy saludables. Nunca pensó en sí misma, nunca se consideró libre».Eso es todo. Pero cuando releo las líneas anteriores, comprendo que esta página la he escrito con el solo objeto de compartir con ustedes las dos frases finales: «Nunca pensó en sí misma, nunca se consideró libre». En treinta siglos de Literatura y de Historia, creo que nunca nadie resumió de modo tan preciso, tan bello, tan justo y tan triste, la historia de las mujeres como la resumen esas nueve palabras.

 

 

 

 

 

Seguramente no le darás laik porque esto no interesa

 

 

 

Lo que Gobierno y Fiscalía no quieren que se sepa: 13 varones asesinados por mujeres en 2016

 

Según los dogmas de la Ideología de Género la violencia sólo tiene una víctima: la mujer, y un verdugo, el varón. Y si la realidad demuestra que también hay varones asesinados por mujeres, el Gobierno y la Fiscalía oculta el dato y asunto concluido.

 

 

 

Juan Robles -  25/11/2016

 

 

 

En 2016 al menos 13 varones (adultos o menores) fueron asesinados por mujeres. Nadie habla de ello.

 

En 2016 al menos 13 varones (adultos o menores) fueron asesinados por mujeres. Nadie habla de ello.

 

“Los españoles tenemos claro de qué lado estamos. Del lado de las víctimas, de sus derechos y de su dignidad” ha escrito Mariano Rajoy en el Día Internacional de la Violencia de Género.

 

 

 

Los españoles desde luego que lo están, pero el Gobierno sólo está del lado de una parte de las víctimas: las mujeres. Porque no reconoce oficialmente a la otra parte: los hombres asesinados por mujeres.

 

 

 

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Si el año pasado por estas fechas ignoró los 29 varones que perdieron la vida a manos de mujeres, en 2016 ignora los 13 que han corrido esa misma suerte. Menos que el año pasado, lo cual es positivo, pero para el Ministerio del Interior y la Fiscalía lo mismo da ocho que ochenta… no consta, no existen.

 

 

 

¿Por qué? ¿Es que no son tan víctimas como las mujeres?

 

 

 

La respuesta está en la ley de Violencia de Género (2004), impulsada por el Ministerio de Igualdad del Gobierno Zapatero, dirigido por Bibiana Aído.

 

 

 

El espíritu de la ley era hacer creer que la mujer es la gran víctima y el varón el gran culpable. Y que la violencia tiene género (de ahí el nombre explícito de la norma). ¿Qué pasa entonces si la realidad demuestra que ni la mujer es la gran víctima y el varón el gran culpable?…  se ocultan las cifras de varones asesinados y asunto concluido.

 

 

 

Eso es exactamente lo que ocurre en España. Tanto los Gobiernos de Zapatero como los de Rajoy ocultan los datos de violencia cuyo maltratador no sea un hombre y su víctima una mujer

 

 

 

Al ocultar las cifras de varones muertos, el mensaje que transmiten las estadísticas del Gobierno es que la violencia es exclusivamente machista

 

 

 

No ofrece datos sobre varones asesinados ni el Ministerio de Sanidad e Igualdad,  ni el de Interior, ni la Fiscalía… con lo cual no queda constancia oficial para la posteridad de que existe violencia feminista, con resultado de muerte. Y la percepción social que dejan esas estadísticas falseadas es que la violencia es exclusivamente machista.

 

 

 

Lo veremos con las cifras de este año 2016.

 

 

 

Han perdido la vida a manos de hombres 39 mujeres en lo que llevamos de año. Así consta en las estadísticas del Ministerio de Igualdad y Sanidad. Pero que a nadie no se le ocurra buscar la cifra de varones asesinados por mujeres en ese mismo Ministerio… porque perderá el tiempo.

 

 

 

¿Es que no ha habido ni un sólo muerto a manos de mujeres? Si nos regimos por las cifras del Gobierno no.

 

 

 

No tendremos otro remedio que acudir a los medios de comunicación para descubrir que sí los hay.

 

 

 

Desde enero han perdido la vida a manos de mujeres 13  hombres, el último de ellos fue hallado carbonizado en septiembre en Sevilla, víctima de un supuesto ajuste de cuentas.

 

 

 

Según la Policía, la mujer le ató de pies y manos, le torturó con tijeras (…) y unos alicates, ocultó el cadáver en un local y le prendió fuego para eliminar pruebas

 

 

 

Los detalles del crimen son espeluznantes. Según la Policía, la mujer le ató de pies y manos,  le torturó con tijeras, una cizalla, un martillo, un cuchillo jamonero y unos alicates, y ocultó el cadáver en un local, hasta que decidió prender fuego al recinto para eliminar las pruebas.

 

 

 

Pero historias como éstas no existen para el Gobierno ni para la Fiscalía General del Estado. Es como si jamás se hubieran producido.

 

 

 

La violencia del varón contra la mujer es especialmente execrable, una lacra con la que es preciso acabar. Estamos todos de acuerdo. Pero –aunque la cifra sea menor- no menos injusta es la violencia contra el varón… y lo más injusto de todo es que las autoridades traten de ocultarla.

 

 

 

Mariano Rajoy

 

Mariano Rajoy en su escaño del Congreso, durante el debate de investidura. (Fotografía: Juan Carlos Hidalgo / EFE)

 

¿No se ha enterado ni el Gobierno, presidido por Mariano Rajoy, ni el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso durante los primeros nueve meses de este año, ni tampoco la Fiscalía de la suerte corrida por esos varones?

 

 

 

¿No existe para ellos Manuel, 56 años, asesinado a cuchilladas por su mujer en Badalona?

 

¿No existe para ellos el ciudadano alemán, de 70, muerto a puñaladas por su mujer en Sa Coma (Mallorca?

 

¿No existe para ellos el bielorruso de 36 años muerto por arma blanca a manos de una mujer en Barcelona?

 

¿No existe para ellos Daniel, cuyo cadáver apareció flotando en el mar en Gran Canaria? Cinco meses después fue detenida su novia, Sira Quevedo, que confesó haberlo matado –se baraja el envenenamiento-, y usó después su tarjeta bancaria?

 

¿No existe para ellos el hombre de 47 años, asesinado por arma blanca en Galapagar (Madrid) a manos de su pareja?

 

¿No existe para ellos el hombre cuyo cadáver apareció en el Ebro, en Castejón (Navarra), presuntamente asesinado por su pareja, que fue detenida por la Guardia Civil?

 

¿No existe para ellos el hombre de 60, asesinado por su madre, de 79 años, en Bilbao?

 

¿No existe para ellos Amador Varela, de 98 años, asesinado junto con su mujer Soledad, de 84, a manos de su sobrina Mercedes, de 46, por arma blanca?

 

¿No existe para ellos el niño de 9 muerto de una paliza que le propinó su madrastra en Las Palmas?

 

¿No existe para ellos el hombre de 62, cuyo cadáver apareció en el congelador de una heladería en Sevilla, motivo por el que fue detenida una mujer,de 44, como presunta autora del crimen?

 

¿No existe para ellos el hombre cuyo cadáver apareció calcinado y maniatado en un monte de Málaga, cuyos presuntos autores son dos mujeres, un hombre y un menor?

 

Estos doce varones más el hombre carbonizado en Sevilla suman 13 asesinados. El problema es que ninguno de esos asesinatos tienen consideración de violencia de género y por lo tanto no constan.

 

 

 

Sumando bebés, niñas y mujeres a manos de otras mujeres, totalizan 30 muertes conocidas en prensa en lo que va de año. Y a esto habría que sumar otros 28 intentos de asesinatos y homicidios frustrados por mujeres.

 

 

 

Pero todo ello parece zona de sombra para las autoridades.

 

 

 

Violencia de género es sólo “aquella que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo” –según la Ley de Aído y Zapatero, que sigue aplicando Rajoy-.

 

 

 

A nadie debería extrañarle. Porque según la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, violencia de género es sólo “aquella que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo, por ser consideradas, por sus agresores, carentes de los derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de decisión”.

 

 

 

No se concibe la otra violencia, la violencia de la mujer hacia el hombre, y no hablamos sólo de la psicológica, que también, sino de la física: la prueba es la casi treintena de asesinatos de 2015; o los 13 que se han producido en los primeros diez meses de 2016.

 

 

 

No quiere esto decir que no exista violencia machista, y que la cifra de mujeres asesinada supere a la de hombres. En lo que llevamos de año 39, claramente superior a la de varones. Y es una triste e injusta realidad.

 

 

 

Lo que quiere decir es que -aunque menor en número- también hay una cifra apreciable de varones asesinados, pero las autoridades están empeñadas en ocultarla.

 

 

 

Igual que ocultan la cifra de niños asesinados. Desde 2009 no se da la cifra de infantes muertos en el ámbito de la familia o se dan únicamente de niños muertos por asesinato múltiple, es decir sólo los casos en los que también muere la madre (otra vez el género).

 

 

 

Los anuarios estadísticos del Ministerio del Interior no ofrecen datos de menores muertos, solo cifras de mayores de edad.

 

 

 

Según Genmad (Justicia y Violencia de Género) una media de 20 niños y niñas son asesinados al año por sus padres

 

 

 

La única forma de recabar datos sobre niños y ancianos asesinados por mujeres es recurrir a la prensa, ante la opacidad que sobre este asunto guarda el Ministerio del Interior y de la Fiscalía.

 

 

 

Según Genmad, asociación de Justicia y Violencia de Género, una media de 20 niños y niñas son asesinados al año por sus padres.

 

 

 

Pero tampoco ellos entran en la consideración de violencia de género y por lo tanto no existen como víctimas. Según la ideología de género, imperante en la agenda política -gobierne el PP o el PSOE- la violencia sólo tiene una víctima: la mujer, y un verdugo, el varón.

 

                                                                Mingos  Rial

 

 



story | by Dr. Radut