Skip to Content

Marzo 2016

Steve Jobs

Un libro inspirador para los JÓVENES que no están dispuestos a renunciar a sus sueños

de


Karen Blumenthal

Karen Blumenthal   Podemos esperar dunha persoa que anda descalza ou cunhas chanclas cando neva, que revolucione o mundo? Así era Steve Jobs, un mozo capaz de levarte ao mesmo ceo para segundos máis tarde meterte nos infernos. Era capaz do mellor e do peor segundo podemos ler nesta obra que conta a vida do visionario que con apenas 20 anos e non demasiados recursos, creou Apple xunto ao seu amigo Steve Wozniack. Un soño que unha vez feito realidade, revolucionou o mundo.
    Na vida de Steve Jobs nin todo foi un camiño de rosas, nin todo foi fácil nin exitoso. Un carácter un tanto problemático e difícil, tróuxolle algúns problemas e algúns fracasos foron necesarios para revolucionar o mundo. Todo iso tamén se reflicte  neste libro.
    O que herdamos de Jobs  máis que aparellos electrónicos é un modelo de coraxe, de iniciativa e de creatividade.
    Esta é a  vida dun visionario cun complicado carácter que resultou ser un modelo do que se pode conseguir se un persegue os seus soños e permanece fiel a si mesmo. "Non deixedes -dixo- que o ruído das opinións dos demais afogue a vosa propia voz interior. Tede a coraxe de seguir o voso corazón e a vosa intuición. Dalgún modo, eles xa saben o que realmente queres ser. O voso tempo é finito, non o malgastedes vivindo a vida doutro".Steve Jobs

  

     Cuando aterrizó Scott, Apple ya se habia trasladado del garaje a sus primeras oficinas, y  una de sus tareas iniciales consistió en crear una nómina propiamente dicha. Chris Espinosa, que aún asistía al instituto Homesteat en aquella época, había empezado a trabajar en el garaje durante las vacaciones de navidad, y recuerda que Jobs <<había estado pagando a la gente con la libreta de cheques de la compañía, y no con mucha regularidad>>. De manera que, en el día de San Patricio, Scott asignó a cada uno de ellos un número de empleado de cara al sistema de nóminas(...)
(...) Mientras Wozniak trabajaba en el desarrollo de la placa nueva, Scott se centraba en el proceso de fabricación, Markkula cuidaba del marketing y el dinero, y Jobs se encargaba de todo lo demás que tuviese que ver con las oficinas y con el Apple II. Era  notoria su condición de tiquismiquis en cuanto al menor de los detalles: cuando recibieron la máquina de escribir para la oficina, montó en cólera porque era azul  en vez de un color más neutro; cuando la compañía telefónica se presentó con unos terminales de un color equivocado, no descansó hasta que se los cambiaron. Y quería los bancos de trabajo de color blanco, no gris.
   Jobs reservaba sus mayores exigencias para el propio ordenador: rechazó el primer diseño de una placa de circuitos impresos porque las líneas no eran lo suficientemente rectas por mucho que aquella placa fuese a quedar lejos del alcance de la vista del propieterio de ordenador. Contrató a un especialista para que diseñara una fuente de alimentación que no requiriese de un ventilador ruidoso para su refrigeración. Mientras que todos los demás fabricantes  de ordenadores estaban utilizando carcasas de metal, él decidió que una de plástico resultaría más elegante y atractiva.
   Al afrontar la forma de la carcasa, Jobs estudió el diseño de los electrodomésticos y los equipos de música que tenían en  los grandes almacenes Macy´s. Disponía de decenas de tonos de beige entre los que escoger, pero no le terminaba de gustar ninguno de ellos y quiso crear el suyo propio. Se pasó semanas debatiendo consigo  mismo la redondez exacta que debían tener las aristas de...



page | by Dr. Radut