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Adeus a Francisco Brines

O pasado 12 de maio Francisco Brines recibía na súa casa o premio Cervantes 2020. Antonte, oito días despois, o poeta valenciano (sit sibi terra levis) dirixiuse cara á última costa, emprendeu -como nos dixo nun dos seus versos- “a viaxe aquela de todos á néboa”. Hoxe, “como se nada tivera sucedido” (outro verso seu) lembrámolo cos seus poemas (Brines é un dos máximos representantes actuais da elexía) porque o home pasa pero a súa obra permanece:

Mi epitafio

“Como si nada hubiera sucedido”
Es este mi resumen y está en él mi epitafio.

Habla mi nada al vivo
y él se asoma a un espejo
que no refleja a nadie.

http://blocpoesia.bcn.cat/2016/05/un-poema-de-francisco-brines.html


Donde muere la muerte

Donde muere la muerte,
porque en la vida tiene tan sólo su existencia
En ese punto oscuro de la nada
que nace en el cerebro,
cuando se acaba el aire que acariciaba el labio,
ahora que la ceniza, como un cielo llagado,
penetra en las costillas con silencio y dolor,
y un pañuelo mojado por las lágrimas se agita
hacia lo negro.
Beso tu carne aún tibia.

Fuera del hospital, como si fuera yo, recogido
en tus brazos,
un niño de pañales mira caer la luz,
sonríe, grita, y ya le hechiza el mundo,
que habrá de abandonarle.
Madre, devuélveme mi beso.

https://trianarts.com/francisco-brines-donde-muere-la-muerte/#sthash.zxJYCtzY.dpbs


La última costa

Había una barcaza, con personajes torvos,
en la orilla dispuesta. La noche de la tierra,
sepultada.
Y más allá aquel barco, de luces mortecinas,
en donde se apiñaba, con fervor, aunque triste,
un gentío enlutado.
Enfrente, aquella bruma
cerrada bajo un cielo sin firmamento ya.
Y una barca esperando, y otras varadas.

Llegábamos exhaustos, con la carne tirante, algo seca.
Un aire inmóvil, con flecos de humedad,
flotaba en el lugar.
Todo estaba dispuesto.
La niebla, aún más cerrada,
exigía partir. Yo tenía los ojos velados por las lágrimas.
Dispusimos los remos desgastados
y como esclavos, mudos,
empujamos aquellas aguas negras.

Mi madre me miraba, muy fija, desde el barco
en el viaje aquel de todos a la niebla.


Epitafio romano

«No fui nada, y ahora nada soy.
Pero tú, que aún existes, bebe, goza
de la vida..., y luego ven.»
                                                     Eres un buen amigo.
Ya sé que hablas en serio, porque la amable piedra
la dictaste con vida: no es tuyo el privilegio,
ni de nadie,
poder decir si es bueno o malo
llegar ahí.
                     Quien lea, debe saber que el tuyo
también es mi epitafio. Valgan tópicas frases
por tópicas cenizas.

http://www.amediavoz.com/brines.htm



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