Mi hermano persigue dinosaurios
de
Giacomo Mazzariol
Unha historia tenra e conmovedora que subliña o marabilloso da diversidade. Mediante un tratamento profundo, agarimoso e persoal dun tema de interese social como é a síndrome de Down, o autor comparte co lector a importancia de valorar ás persoas polo que son e non polo seu número de cromosomas. Giovanni, o protagonista é un torrente de alegría, diversión e ganas de vivir que merece a pena coñecer.
(...) De noche, en los sueños, tanto los que tenía con los ojos abiertos como los que tenía con los ojos cerrados, me imaginaba a mi hermano metido en un paquete: papel de regalo, lazo, etcétera. Estaba sentado en el sofá y lo tenía en mis rodillas. Ese es el mejor momento: cuando tienes el paquete entre las manos y aún no lo has abierto. En ese instante todo es posible. Una vez que lo abres, bueno, el contenido es el que es: si te gusta, vale, si no, qué le vas a hacer. Pero cuando tienes el paquete entre las manos, y lo tocas, y lo sopesas, y tratas de averiguar qué contiene (y no lo sabes), pues eso: ¡qué maravilla! A veces te da por pensar que casi es preferible no abrir los paquetes. Que es mejor imaginarte lo que contienen.
Pero las cosas no son así.![](/centros/iessanpaio/system/files/u19/AUTOR%20HERMANO%20DINOSAURIOS.png)
Además, en el fondo, hay toda una alegría especial que se deriva justo de eso: de abrirlo y de exponerse al misterio.
De día miraba el barrigón de mi madre y pensaba que dentro estaba él, Gio. Pensaba que así lo llamaría el resto de mi vida, durante las peleas y las conspiraciones, para que fuera a la mesa y cuando necesitara su ayuda. “¡Hey, Joe!”, lo llamarían todos, como en la canció de Jimi Hendrix. Y estaba serguro de que todos lo llamarían mucho, porque sería de esos que te gusta tener cerca. Tocaba el barrigón de mi madre y lo olía y acercaba los ojos hasta ver bien la trama de la piel tensa; pegaba la oreja para oir las patadas que daba.
Mientras, el mundo que me rodeaba -que nos rodeaba- estaba cambiando. Una casa nueva, un coche nuevo y hasta un trabajo nuevo para mi padre. Giovanni nos traía un océano de novedades. Era una chispa, una chispa por la que nos íbamos a dejar incendiar.