MUSEO VOSTELL EN MALPARTIDA CACERES

 

En el último tercio del siglo XX el automóvil y el arte sufrieron a la par interesantes procesos de reinterpretación y, de alguna manera, refundación a partir de conceptos radicalmente nuevos. En el caso del coche, la explosión de la cultura del automóvil en los años 60 tuvo un dramático frenazo en seco con las sucesivas crisis del petróleo que empezaron con la de 1973, las cuales destaparon una realidad, la de la crítica sostenibilidad del mundo “sobre ruedas” hasta entonces oculta. En el campo de las artes la exploración de las diferentes ramas del arte conceptual (que habían empezado con Duchamp cuatro décadas antes) cambiaron profundamente el panorama de la creación plástica iniciando un difícil camino en el que, de alguna manera, todavía se encuentran. Estas dos circunstancias facilitaron que en este periodo el automóvil se incorporase al discurso de las artes con un nuevo lenguaje y con nuevos significados. Los creadores plásticos, a la hora de construír la reflexión sobre la sociedad, las metáforas del mundo de consumo o las alegorías de la velocidad y del brutalismo encontraron en diferentes aspectos del automóvil y su industria un gran aliado.

 

Si hay un lugar en el que comprender el resultado del cruce entre estas dos tendencias de final de siglo, ese es el Museo Vostell Malpartida, en Cáceres. Un riquísimo paraje natural, Los Barruecos, en el cual se encuentra el museo, antiguo lavadero de lana, donde la obra del alemán Wolf Vostell ofrece una viva e intensa mirada al Fluxus, movimiento artístico del que es uno de los principales representantes. Un lugar en el que los coches se convierten en extraños insectos, se petrifican como figura bíblica o son colonizados por instrumentos musicales.

 

En casi cualquier libro que trate sobre la presencia del automóvil en el arte contemporáneo, nunca faltan referencias a la obra de Wolf Vostell. La utilización de coches o partes de coches en sus cuadros, esculturas, instalaciones ó performance es un rasgo de estilo del artista alemán, dentro de un discurso artístico enfocado a la reflexión y crítica a la sociedad contemporánea de consumo, de la que el automóvil es, para bien y para mal, protagonista absoluto.