Skip to Content

Abril 2018

Pax. Una historia de paz y amistad
de
Sara Pennypacker

     Relato emocionante sobre a confianza, a guerra, a lealdade, a traizón e o amor dun neno polo raposo ao que criou desde que era saraun cachorro. Estamos tamén ante unha historia de superación e valentía.
    Pax é un raposo doméstico. A súa familia morreu cando era un cachorro, e desde entón o pequeno Peter fíxose amigo del e coidouno. Pero por mor da guerra Peter debe separarse de Pax; o pai de Peter ten que marcharse a combater e el quedará ao coidado do seu avó, que non pode facerse cargo do animal. Seguindo as ordes do seu pai, Peter lanza o xoguete favorito de Pax entre as árbores do bosque. Cando Pax regresa co soldado de plástico entre os dentes, descobre que o abandonaron na cuneta da estrada. O pequeno ten plena confianza no seu dono e sabe que o buscará: Peter nunca o deixaría tirado. E así sucede: esa mesma noite, mentres o seu avó dorme, Peter enche a súa mochila con provisións, marcha da casa e  cruza o país en guerra en busca do seu fiel amigo.
    Pax é un chamamento á esperanza e á paz, unha mostra das consecuencias da guerra tanto entre os humanos como na natureza e os animais. Unha entrañable historia de amizade entre un neno que se está convertendo nun home e un raposo que debe deixar de ser quen é.

    El zorro notó que el coche aminoraba la marcha antes que elpax niño, porque lo notaba todo primero. En las almohadillas de las patas, recorriéndole la espina dorsal, en los pelos sensibles de las muñecas. Por las vibraciones, también supo que la superficie de la carretera se había vuelto más irregular. Se incorporó del regazo del chico y husmeó los olores que se filtraban por la ventana y que le informaban de que se estaban adentrando en el bosque. Los aromas penetrantes del pino (madera, corteza, piñas y agujas) cortaban el aire como si fueran cuchillos, pero por debajo de todo ello, el zorro reconoció el olor suave de los tréboles, el ajo silvestre y los helechos, además de un centenar de especies que no conocía pero que olían a verde intenso.
    Ahora el chico también notó algo. Atrajo a su amigo hacia sí y se aferró con más fuerza al guante de béisbol. La ansiedad del chico sorprendió al zorro. Las pocas veces en que habían ido antes en el coche, el chico había estado tranquilo, incluso emocionado. El zorro dio un empujoncito con el morro a la membrana del guante, a pesar de que odiaba el olor del cuero. El chico siempre se reía cuando hacía esto. Cerraba el guante alrededor de la cabeza del animal y jugueteaba con él, distrayéndolo.
    Aquel día, en cambio, el chico alzó al animal y enterró la cabeza en su pelaje blanco, presionando con fuerza.
    Fue entonces cuando el zorro se dio cuenta de que el chico estaba llorando...



page | by Dr. Radut