Calzado adecuado para hacer deporte

Debido al incremento de la inconsciencia por parte de muchos adolescentes y algunos adultos, nos vemos en la obligación de llamar la atención a los padres y a los adultos que no se están dando cuenta de la importancia de esté tema.

Desde hace algunos años, los profesionales de la actividad física venimos observando una despreocupación, a la hora de:

1º ELEGIR EL CALZADO DEPORTIVO ADECUADO.

2º USAR CORRECTAMENTE EL CALZADO ADECUADO.

Hace 25 años, todos los que practicábamos deporte, podíamos elegir entre cuatro o cinco tipos de zapatillas deportivas. Eso era lo que había, y con eso teníamos que conformarnos. Hoy en día y afortunadamente según todos los profesionales, podemos elegir el calzado en función del deporte que vamos a realizar, cada marca tiene varios modelos para un deporte especifico, con lo que el factor estético, entra en juego, y también podemos elegir un modelo para Pie Griego (Donde el dedo índice es el más largo del pie) o Pie Egipcio (donde el dedo gordo es el más largo del pie. Este es el más común), así, un pie griego puede usar una zapatilla para pie egipcio, pero no al revés. Pie Pronador (pie con predisposición a exagerar el movimiento de inclinación hacia dentro de los tobillos) o Pie Supinador ( tobillo que presenta respecto a la pierna, una posición arqueada hacia afuera). Debemos tener en cuenta si nuestro pie es Cavo (puede provocarnos fascitis (irritación del tejido de la planta del pie) y tendinitis (inflamación del tendón ) en el tendón de Aquiles ) V algo (mucha flexibilidad hace que sufra el músculo tibial anterior). En definitiva, que tenemos una amplia gama donde elegir.

El problema surge cuando el calzado deportivo no se abrocha, se abrocha mal, flojo, con la lengüeta torcida llegando a provocar desplazamientos involuntarios de la planta del pie en el interior de la zapatilla, pudiendo provocar a su vez la rotura o despegamiento de la fascia plantar o dorsal y descolocamiento de tendones, lesiones en los ligamentos ( Ligamento lateral peroneo y Ligamento tibial), lesiones óseas (luxaciones y subluxaciones) y los famosos esguinces de tobillo, tan comunes y que tantos problemas dan sobre todo en la adolescencia, donde una vez sufrido, se curan mal en muchas ocasiones y dan lugar a esguinces crónicos o ligamentos laxos.

Esto no quiere decir que tengamos que llevar el calzado tan apretado que nos corte la circulación , si apretamos demasiado, pueden llegar a aparecer trombos o hematomas, ya que después de atarnos las zapatillas, realizaremos ejercicio y el pie se dilatará, con el consiguiente aumento de presión en el pie y los dolores musculares y posible perdida de fibras a nivel músculotendinoso.

Entrando un poco en materia técnica, cuando se hace ejercicio, las cargas mecánicas que se originan, van a incidir directamente sobre el pie, y si la intensidad del ejercicio es muy alta, estás cargas pueden llegar a originar lesiones en el aparato locomotor (estructuras óseas, ligamentosas, tendinosas y musculares). Es entonces cuando el material deportivo, en concreto el calzado, debe evitar que estás lesiones se produzcan, ya que si llevamos un calzado ajustado a nuestras necesidades y características personales, nos protegeremos de estos riesgos.