La arquitectura de nuestros mensajes: el texto y sus propiedades

 

Nemo (lic. CC0 1.0)

  • ¿Qué es un texto?

Antes de empezar a elaborar un texto o discurso1, lo primero que necesitamos saber es qué es y en qué consiste. Para ello, es muy importante tener claro que todo texto se entiende como  una unidad comunicativa, oral o escrita, independiente y dotada de sentido completo, es decir, se trata de uno o varios enunciados que funcionan conjuntamente y que tienen un propósito comunicativo. Es en el contexto de una situación determinada entre dos o más hablantes de una lengua cuando hablamos de textos. Aunque la extensión de un texto es variable, siempre presentará una estructura organizada.

  • ¿Cómo debemos construir nuestros textos?

Cada vez que dirigimos nuestra mirada a un edificio o a un monumento arquitectónico sabemos que detrás de ellos hay un largo trabajo y esfuerzo de arquitectos y trabajadores de la construcción, que han utilizado fórmulas, materiales y herramientas para hacerlo posible y que se mantenga en pie. De igual modo, cuando queremos comunicarnos en cualquier idioma, construimos un texto, oral o escrito, de acuerdo con fórmulas y normas que tienen todas las lenguas, y que harán que ese mensaje sea adecuado a la situación en la que nos encontremos, a nuestros propósitos comunicativos  y, sobre todo, sea eficaz, es decir, comprensible para la persona o personas a quienes lo dirigimos.

  • ¿Cuáles son las fórmulas y las normas para construir los textos?

Al conjunto de características que poseemos los hablantes de una lengua para elaborar textos las denominamos propiedades textuales que, junto con las normas gramaticales y ortográficas para hablar o escribir, son las que nos permiten dar forma a un enunciado de forma clara y precisa, de acuerdo con una estructura y un orden determinado. Estas propiedades textuales están compuestas por los tres elementos siguientes y que ampliaremos más adelante:

  1. La adecuación: es el conjunto de rasgos formales por los que el texto se hace apropiado a la situación comunicativa en que se emite, adaptándose a ella.
  2. La coherencia: es la propiedad que hace que un texto se interprete como una unidad de información, de forma que sea percibido de una forma clara y precisa por el receptor, y que nos permite identificar la idea global que articula el texto. Viene dada por la selección y organización de la información, y por los conocimientos que comparten el emisor y el receptor sobre la realidad.
  3. La cohesión: es la propiedad del texto que hace que los elementos que lo componen mantengan una correcta relación sintáctica (mediante el uso de nexos en las oraciones), textual (a través del empleo de conectores en los enunciados), así como una adecuada relación semántica o de significado, que proporcione sentido global.

 

IMPORTANTE:

En esta primera unidad y en las siguientes, para organizar y recordar la información que te exponemos, vamos a emplear esquemas y mapas conceptuales que, sin duda, te ayudarán en la producción de tus propios textos. A continuación, te exponemos un mapa conceptual que recoge todo lo relativo a las características de un texto y que acabamos de indicar:

 

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[1] En esta unidad vamos a emplear  las palabras “texto” o “discurso” indistintamente,  junto con sus formas derivadas “textual”, “discursivo”,…

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