¿Cómo escribir un texto expositivo?

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Cuando tengamos que hacer un texto expositivo, conviene que tengamos en cuenta estos principios:

  • Tener claro el tema de la exposición. Podemos hacer una lista de los detalles que queremos incluir; seguramente tendremos que excluir otros, bien porque nos queremos centrar en algunos, bien porque no podemos hacer un texto inabarcable.

Para reunir esos datos podemos investigar en periódicos, revistas, enciclopedias, internet, o libros de texto; pero no debemos "copiar y pegar" tal cual. Nuestro texto es nuestro, y hay que demostrar cierto estilo y originalidad.

Decide el enfoque que quieres dar al tema. Pero recuerda que no debes dar tu opinión (aunque seguramente tendrás una propia): debes exponer los detalles, las personas, los hechos, en fin: los datos, de una forma objetiva.

  • Tienes que plantearte a quién te diriges; hay muchas posibilidades, y cada una requiere un formato diferente. Por ejemplo, un trabajo presentado a tu profesor; una exposición para presentar oralmente en clase; un informe que debas elaborar para el director de la empresa en que trabajes; etc.
  • Distribuye la información en varios párrafos: uno de introducción, otro (u otros) de desarrollo, y un tercero de cierre o conclusión (la conclusión puede ser innecesaria). En la introducción debes concretar el tema, de qué vas a tratar, y de qué no. También puedes expresar la metodología o enfoque que vas a seguir.
  • Es aconsejable escribir con oraciones relativamente breves; si no lo haces, el lector se puede perder. Los párrafos tampoco deben ser excesivamente extensos. Repasa el listado de conectores y marcadores del discurso y las posibilidades de interrelación de las ideas y párrafos, para elegir los conectores adecuados.
  • Emplea un buen diccionario de sinónimos; así no tendrás que repetir las mismas palabras. Debes evitar los términos demasiado generales, es decir, las palabras "ómnibus" o "comodín": cosa, hacer, problema, etc. No intentes, sin embargo, emplear palabras poco corrientes, porque puedes caer en la pedantería.
  • Cuando termines el borrador, repásalo y "púlelo". Tacha palabras o frases que no digan nada y sean meramente repetitivas; incluye los nexos que expresen la relación entre las diversas oraciones, si faltan; ten cuidado con la ortografía; evita el empleo de palabras coloquiales. Comprueba que has transmitido la información de manera objetiva, sin dar tu opinión en ningún momento, sin expresar tus gustos y preferencias, sin decir lo que te parece bien o mal.

Si el texto es importante, y tienes tiempo, conviene que lo dejes "dormir" un día, pensando en otras cosas, y volverlo a revisar para terminar la versión definitiva.  Con frecuencia se descubren fallos de lo más tontos.

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