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El teatro griego. Tragedia y comedia.

 

EL TEATRO GRIEGO

1) Definición y origen.

       El teatro viene a ser una síntesis de los otros dos géneros literarios, la épica y la lírica; de la épica tomó principalmente los temas, las historias y los personajes y de la lírica tomó la música, en cierto modo también la danza de los coros y la variedad métrica. Su origen es también religioso. 

       Su nombre, qeatron, deriva del verbo qeaomai, que significa "mirar detenidamente", "observar". Era, pues, un espectáculo que ponía ante los ojos del espectador una historia dramatizada, es decir, contada mediante la acción de personajes, no narrada. La representación o imitación es el rasgo más esencial del teatro: unas personas reproducen ante nuestros ojos la vida de otras a las que están suplantando, o sea, interpretando.

       El teatro griego es una de las grandes creaciones de los griegos. Abrió camino a todas las manifestaciones teatrales posteriores e inspiró y sigue inspirando a muchos otros autores, a veces con una enorme distancia en el tiempo. El teatro griego se presenta bajo tres modalidades:

  • la tragedia;
  • la comedia;
  • el drama satírico.

 

El teatro griego es una creación ateniense, por dos motivos:

  • porque fue sólo en Atenas donde se crearon y desarrollaron formas superiores de teatro;
  • porque en las obras teatrales creadas por los dramaturgos atenienses se implicaba la práctica totalidad de la comunidad.

 

 

2) El teatro: una creación ateniense.

       Así pues, el nacimiento y desarrollo del teatro se produjo entre los siglos VI al IV a. C., en Atenas, una ciudad aficionada a la cultura, pero a una cultura todavía predominantemente oral, en la que los rollos de papiro (equivalentes a los actuales libros) eran aún sumamente caros y escasos. La gente, en general,  no tenía bibliotecas ni leía, sino que adquiría su cultura de oído. El teatro constituía así un vehículo cultural de primerísima importancia. En Atenas, además, se inició y desarrolló por las mismas épocas en que se creaba el teatro, el sistema político al que llamaron democracia, que propiciaba la libre circulación de las ideas y la participación activa de los ciudadanos en los asuntos de la ciudad. Si nos fijamos bien, nada hay más parecido a una representación teatral que una asamblea. En ambas se producía una masiva asistencia de ciudadanos, de entre los cuales un elevado número participaba directamente en ellas (en el teatro, los actores y los miembros del coro; en la asamblea, los ciudadanos que presentaban una proposición de ley o argumentaban a favor o en contra de ella). En ambas había un debate sobre cuestiones importantes y en ambas el público valoraba positiva o negativamente (y a menudo ruidosamente, con aplausos, murmullos o abucheos) la elocuencia de los que hablaban.

       Junto al condicionamiento político necesario para el desarrollo del teatro (la citada democracia), existe otro condicionamiento de vital importancia: el económico. Una base económica como la del imperio ateniense, con sus múltiples ciudades tributarias, permitía sufragar los gastos de las funciones teatrales del mismo modo que permitía costear edificios tan espléndidos como el Partenón. Estas costosas y bellísimas creaciones, tanto las arquitectónicas como las literarias, contribuían a mantener y a acrecentar el prestigio de la polis griegas y a dar trabajo a mucha gente.

       Se cree que fue un tal Tespis el que habría compuesto la primera tragedia propiamente dicha (aunque debía de ser muy rudimentaria, con un solo actor y un coro) y nos consta que a partir del 534 a. C. se realizaron concursos de tragedia. Mucho después, en el 486 a. C., comenzaron a realizarse los concursos de comedia.

 

       El teatro griego siempre fue en verso. Este rasgo, aunque hoy nos sorprenda, ha sido característico del teatro desde sus orígenes hasta finales del siglo XVIII y principios del XIX.

 

 

3) El teatro griego: espectáculo colectivo.

       El teatro griego era un espectáculo en el que se implicaba todo el pueblo. Para encontrar algo comparable habría que acudir, por ejemplo, a las posteriores fiestas de moros y cristianos, en las que interviene de u otra manera una gran parte de los ciudadanos. Unas cifras corroborarán esta afirmación: la población de ciudadanos libre en la Atenas de la época debía de ser de unos 40.000, y el teatro de Dioniso tenía un aforo de unas 17.000 personas, que se llenaba con creces. Pero hay más: en las fiestas, entre los coros de tragedia, los de comedia, los extras, atrezzistas, decoradores y otros participantes varios, colaboraban cada año en las funciones teatrales unas 1.500 personas. Asimismo la producción teatral resultaba bastante impresionante: en el siglo V se contabilizan alrededor de unas dos mil obras de teatro, a razón de veinte por año, pero sólo se nos ha conservado una mínima parte de esta enorme producción.

 

 

4) Época de representación de las obras teatrales.

       Las obras de teatro se representaban en Atenas como un acto litúrgico, que era la culminación de las grandes fiestas en honor de Dioniso. Estas fiestas eran: las Leneas, las Dionisias rurales y las Grandes Dionisias (o Dionisias urbanas).

       Las Grandes Dionisias se celebraban en Atenas durante el mes de Elafobolión (marzo-abril). Comenzaba la fiesta el décimo día del mes con una espectacular procesión religiosa en la que se portaban falos en honor del dios y que terminaba con los sacrificios y libaciones que los diez estrategos ofrecían en el recinto del templo de Dioniso. Excepto durante la guerra del Peloponeso, parece que el festival duraba cinco días, en los que se representaban cinco comedias, una cada tarde, precedida en los dos primeros días de competiciones de ditirambos y en los tres siguientes de tragedias y obras satíricas. Las representaciones comenzaban al amanecer. Durante la guerra, para ahorrar tiempo y gastos, el festival se acortó en un día y el número de comedias se redujo a tres.

       El momento en que las representaciones tenían lugar obedece especialmente a motivos de organización de la vida de la comunidad. Es el momento en que las tareas agrícolas se hallan en un compás de espera y en el que no había comenzado aún la buena estación que permitía a las naves de los comerciantes hacerse de nuevo a la mar y en que tampoco  se había iniciado el momento propicio para mandar a los hombres a los frentes de batalla (en la antigüedad sólo se navegaba y se combatía con buen tiempo). Se trata, por tanto, de la época del año en la que la comunidad dispone de mayor espacio para el ocio y se reúne para reflexionar colectivamente sobre su pasado y sobre los grandes temas humanos. Es también el tiempo en que acuden a Atenas los embajadores de las ciudades a pagar el tributo, y que Atenas aprovechaba para hacer gala de toda su capacidad de engendrar cultura y belleza para asombrar a los tributarios.

 

 

5) Organización y financiación de los festivales teatrales.  

       Las obras de teatro no se representaban, sin embargo, como ahora. En la actualidad se trata de un riesgo personal del autor y del empresario. Un autor escribe una obra cuando quiere y la ofrece a un empresario. Éste la monta y la oferta en cualquier momento del año y el público paga por ir a verla. Las obras están por ello sometidas a las leyes del mercado y duran en cartel tanto como dura el éxito de público.

       La forma en que se representaban las obras en Atenas se asemeja más a la de los actuales festivales cinematográficos, es decir, en el marco de una competición, allí supervisada por el estado. Para participar en las fiestas dionisíacas era necesario que los poetas presentaran sus obras a concurso convocado por el arconte epónimo, es decir, el magistrado al que correspondía la máxima autoridad durante el año, para que se procediera a una selección previa (podían participar incluso poetas extranjeros). Sólo tres autores de tragedia y cinco autores de comedia (tras la guerra del Peloponeso, se redujeron también a tres) eran seleccionados. Las obras seleccionadas se representaban una sola vez. Cada poeta trágico tenía que presentar normalmente tres tragedias y un drama satírico. En ocasiones el poeta presentaba sus obras en forma de trilogía (tres tragedias con el mismo tema). El poeta cómico sólo presentaba una obra. Las obras admitidas se veían sometidas al criterio de un jurado popular, elegido de forma complicadísima para evitar fraudes, que decidía con sus votos quién era el poeta ganador en cada género y quiénes quedaban en segundo y en tercer lugar.

       Los gastos de la representación los costeaban los llamados coregos (xorhgoi), muy similares a los modernos sponsors. Eran ciudadanos muy ricos, designados también por el arconte, a los que se imponía un impuesto especial (leitourgia). La adjudicación de las coregías se hacía por sorteo. Los gastos de puesta en escena eran considerables, de ahí que tuviera mucha importancia para el poeta que el corego fuera generoso en el gasto. Entre las misiones del corego estaban: la selección de cantores profesionales que componían el coro y la de los actores, el pago del vestuario, los ensayos y el local para ensayar.

       El director del coro solía ser el propio poeta, que a veces participaba también como actor (podía haber un subdirector). Las mujeres no formaban parte del grupo de los actores, aunque sí podían asistir al teatro.

 

 

6) Valor religioso del teatro griego.

       Junto al carácter competitivo del teatro hay que destacar su valor religioso. No sólo los temas de la tragedia implicaban necesariamente una intervención del orden divino en la acción, sino que incluso el propio teatro se consideraba un recinto sagrado, dentro del cual se permitían algunas cosas prohibidas fuera de él. Ningún ciudadano habría podido decir en la calle las barbaridades que un poeta cómico dedicaba a los gobernantes de turno.

       Para garantizar la presencia del dios, se le llevaba anualmente en procesión hasta el teatro y su imagen presidía las representaciones. El dios tutelar del teatro, en cuyo nombre se celebraban las fiestas, era Dioniso, divinidad del vino, la fertilidad y el crecimiento, de la muerte y de la resurrección y, sobre todo, de la pasión, la alegría y el horror, los sentimientos desatados fuera del control de la razón.

       Curiosamente la Edad Media recupera el teatro también en un ambiente religioso, pues resurge vinculado a la liturgia cristiana.

 

 

7) Estructura del teatro y puesta en escena de las obras.

       Podemos distinguir las siguientes partes en los antiguos teatros griegos antiguos:

  • orxhstra; la orquestra, donde se alzaba el altar del dios, era circular y en ella danzaba el coro. En torno a la orquestra se disponía el público para mirar. Con el paso del tiempo, aprovechando la ladera de la Acrópolis se pusieron unas gradas portátiles de madera para mayor comodidad y desde allí se contemplaba el espectáculo. Luego las gradas se hicieron de piedra.
  • skhnh; se trataba de una especie de barracón de madera situado detrás de la orquestra y servía para que los actores pudieran cambiarse. Con el paso del tiempo, se construiría con materiales más nobles y una decoración más lujosa.
  • proskhnion; el proscenio estaba situado delante de la skhnh/ y en él se colocaban los decorados, que eran muy simples, casi siempre la puerta de un palacio o las tiendas de un campamento. No había grandes cambios ni complicaciones. Sabemos de dos artefactos que se usaban con frecuencia: el ekkuklhma, especie de plataforma giratoria que permitía mostrar al exterior acciones que habían tenido lugar en el interior (en especial, cadáveres fruto de asesinatos narrados por un mensajero) y la mhxanh/, especie de grúa que permitía introducir en la escena, desde arriba, a personajes generalmente divinos (escenas de las llamadas deus ex machina, al final de ciertas tragedias).

 

       En toda puesta en escena de una obra griega intervenían los actores (upokritai), los coreutas (xoreutai) y los músicos (flautistas, aulhtai y citaristas, kiqaristai/). Así pues, lo que nos queda es apenas un tercio o menos de cualquier obra teatral griega, ya que el texto que nos ha llegado era sólo una parte de un espectáculo integral del que nos faltan la música de los elementos corales y los bailes que el coro realizaba. También nos perdemos los elementos de vestuario, las máscaras de los actores y el decorado.

       Los actores, que debían tener buena voz, buena pronunciación y ser buenos cantantes, iban equipados, además de la máscara y el traje, de un calzado alto llamado coturno.

       En los primeros dramas (todos ellos perdidos), la representación estaba a cargo de un solo actor (protagwnisthj) y del coro. El poeta trágico Esquilo fue el innovador que añadió un segundo actor (deuteragwnisthj). Sófocles añadió aún otro, pero este número de tres actores nunca creció; si acaso, a veces intervenían niños y personajes mudos. La razón de que, pese a ello, puedan aparecer en una obra diez o doce personajes es que cada actor interpretaba diferentes papeles. El coro, cuya actuación interrumpía a ratos la acción de los actores, permitía en sus interludios que estos se cambiaran de ropa y de máscara para interpretar otro papel. El caso es que en escena no hubiera nunca más de tres. La intercambiabilidad de personajes se facilitaba por el uso de la máscara. La máscara era un componente primordial en los rituales de origen religioso. Un griego no podía ver representando el papel de Edipo, por ejemplo, a una persona con quien se cruzaba a diario en el ágora mostrando su rostro; Edipo debería tener un rostro de Edipo. Cuando el hombre se ponía la máscara de un personaje o de un animal, sentía que era ese personaje o ese animal, perdía temporalmente su propia identidad. Durante toda la historia del teatro ateniense, la máscara fue un elemento indispensable, blanca la de las mujeres, más oscura la de los hombres. Solía ser de lino, quizá de cuero.

       Los actores llegaron a profesionalizarse con el tiempo y a ser tenidos en alta estima por la ciudad, que incluso llegó a encomendarles a algunos de ellos misiones de estado. En cambio, nunca llegaron a profesionalizarse los componentes del coro, ciudadanos atenienses corrientes, ataviados también con máscaras.

       En cuanto al coro (xoroj) hay que decir que es un elemento fundamental de la tragedia griega, aunque a lo largo de la historia del teatro fue perdiendo importancia, pasando de ser un personaje incluso protagonista en Esquilo a un elemento ajeno al desarrollo de la acción en Eurípides. El número de sus componentes (coreutas) varió con los años: Esquilo parece que utilizó doce coreutas y Sófocles, quince.

       El coro en la tragedia servía para crear una atmósfera trágica, antes o después de acontecimientos importantes: contribuía a dar relieve poético a determinadas emociones o analizaba los acontecimientos que se desarrollaban en escena, algo así como si fuera un doble del espectador, el fondo social de la acción. En la comedia tiene este mismo papel social, si bien su actuación es, asimismo, cómica, ya que a menudo el coro toma partido por uno u otro de los contendientes y puede manifestar su disconformidad de una manera mucho más violenta, a insultos o incluso a porrazos.

       Los movimientos del coro en la escena son muy variados. Su entrada da muchas veces inicio a la obra. A lo largo de la obra hay también varios cantos corales que marcan las partes de la pieza.

       El coro estaba dirigido por un corifeo, que era también el encargado de decir las partes recitadas del coro. Si el coro dialoga con un actor, es el corifeo quien toma la palabra.

 

 

8) Duración y precio de las representaciones.

       Comenzaban las representaciones al clarear el día y terminaban por la tarde, lo que obligaba al público a comer y beber dentro del teatro (en ocasiones los coregos corrían también con los gastos de los refrescos públicos). El precio de las entradas era de dos óbolos; para permitir a los pobres la asistencia, se reducía el precio de las entradas. Cada espectador recibía una ficha (sumbolon) en la que se indicaba su asiento; los asientos de honor eran reservados para los sacerdotes del dios, los arcontes y los dignatarios extranjeros. Para mantener el orden había unos rabdouxoj ("portadores de varas").

 

 

9) Honores a los vencedores.

       Se daban tres premios: a los coregos, a los poetas y a los actores. Recibían una suma de dinero y una corona de hiedra. El premio fue otorgado al principio por los propios espectadores, pero más tarde se confeccionaron listas con los jueces que debían juzgar las obras.

Los nombres del corego, del poeta y de los actores que habían quedado victoriosos eran inscritos, al igual que los títulos de las obras premiadas, en listas conservadas en los archivos del Estado.

 

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LA TRAGEDIA

       Una tragedia griega es una presentación dramática y lírica de una acción tomada de la leyenda heroica que implica acontecimientos de cierta magnitud. Decimos que es dramática y lírica porque en ella alternan los elementos propiamente dramáticos (diálogos y acciones), con los líricos (los pasajes cantados por el coro). En el denso contenido de la tragedia, se ponen de manifiesto aspectos de la religión, la política y la moral que afectan a toda la comunidad; con frecuencia se debaten en ella nuevas ideas desarrolladas por la ya pujante filosofía o suscitadas al hilo de la práctica política. Pero la tragedia es ante todo una obra poética. Mientras que el teatro actual tiende a reproducir incluso en la forma los problemas y la manera de hablar del hombre común, la tragedia griega se mueve siempre a una gran altura poética y con un voluntario distanciamiento del mundo cotidiano. Sus personajes hablan en verso, con toda clase de refinamientos de estilo y son siempre a actitudes, concepciones o comportamientos.

                                                                                                

 

a) Orígenes de la tragedia.

       Los orígenes de la tragedia son tan antiguos como oscuros y las opiniones al respecto muy variadas. Es indudable su vinculación con ciertas composiciones líricas corales de carácter religioso y mágico en las que los miembros del coro danzaban disfrazados y provistos de máscaras que les permitían ocultar su propia personalidad y buscar una mayor identificación con el dios o con el ambiente religioso que celebraban. De este tipo de danzarines disfrazados hay muestras en la pintura de la cerámica desde el siglo VI a. C. Algunas de estas danzas estaban relacionadas con el culto a Dioniso, dios del vino, de la fertilidad, de lo extático, instintivo y vital del hombre en contraposición a lo racional y organizado. El ditirambo, una composición dedicada a Dioniso, se hizo bastante popular a partir de la segunda mitad del siglo VI a. C. Se trata de una composición con contenido mítico y seguramente no exenta de cierto tono satírico y burlesco en la que los participantes del coro a la vez que entonaban el ditirambo introducían una elemental acción mediante gestos y ademanes para reforzar el sentido del canto. El ditirambo evolucionó hasta transformarse en la tragedia, palabra que deriva de la griega  trag%dia (tragoj, macho cabrío y %dh, canto). Este nombre puede deberse a que los coreutas (miembros del coro) iban revestidos con pieles de macho cabrío o a que en el ritual dionisíaco se sacrificaba un macho cabrío. Aristóteles nos dice que la tragedia se originó a partir de los entonadores del ditirambo, por lo que podemos imaginar el origen del teatro a partir de un coro que en las fiestas de Dioniso entonaba una canción, el ditirambo, posiblemente revestido con pieles de macho cabrío y cubierto el rostro con máscaras. Quizá en ocasiones el coro se dividía en dos partes para cantar el ditirambo, de donde nacería el  diálogo; en otras, es posible que el director del coro (corifeo) entonara solos o recitara quizá partes del la canción, dando lugar así al primer actor.

       Pero para que la semilla de los ditirambos creciera hasta convertirse plenamente en tragedia y pudiera mantenerse en pleno vigor durante más de un siglo fueron necesarios, por una parte, el desarrollo del culto a Dioniso en      Atenas organizado bajo la protección del Estado, y por otra, la sustitución de los temas dionisíacos por los heroicos. La protección del culto por parte del Estado ateniense, le dio a la tragedia un carácter social, una organización y medios para su desarrollo. Y los temas heroicos proporcionaron una fuente inagotable de relatos, personajes y situaciones para componer tragedias.

       Otro hecho importante para el desarrollo de la tragedia tuvo lugar cuando, entre los años 535 y 534 a. C., el tirano Pisístrato introdujo en Atenas oficialmente el culto a Dioniso e instauró las Grandes Dionisias que en adelante se habrían de celebrar cada primavera con la obligada presencia de concursos teatrales.

 

b) Temas de la tragedia.

       Los temas de la tragedia, salvo contadísimas excepciones, están tomados de las leyendas míticas del pasado heroico. Así pues, el público ateniense conocía en la mayoría de los casos por lo menos las líneas fundamentales del argumento. Este hecho no parece que preocupara a los dramaturgos de la época. Es más, por si fuera poco, al principio de la obra suelen poner a los espectadores en antecedentes sobre la trama y sobre lo que va a ocurrir. Este conocimiento previo del argumento le permite al autor utilizarlo para sus propósitos dramáticos, fundamentalmente de tres formas:

-  El suspense; igual que nosotros en muchas películas sabemos que el bueno no se va a morir, pero cuando está el malo de turno esperándolo detrás de la puerta con una pistola el espectador espera con más o menos emoción cómo va a librarse, también el poeta trágico juega con la atención del espectador, retardando acontecimientos que el público sabe que van a suceder.

-  La sorpresa; se trata de la alteración de la línea argumental con un giro inesperado o de variaciones en los detalles.

-  La ironía trágica; consiste en que las acciones o palabras de un personaje tienen un sentido para él, pero otro muy diferente para el público. Un ejemplo: en el Agamenón de Esquilo, Clitemnestra recibe a su esposo a la llegada de Troya y le dice: "Que la justicia te conduzca a una mansión que no esperabas". El inocente Agamenón entiende que la mansión es su propio palacio, y que lo inesperado es el regreso al hogar, después de una guerra larga y terrible como la de Troya. Pero el espectador sabe que lo que ocurre es que Clitemnestra va a matar a Agamenón y lo va a mandar a una mansión que él no espera, a la de Hades, el rey de los infiernos.

 

c) Estructura de la tragedia.

PRÓLOGO: a menudo precede a la párodos. Generalmente es dicho por un personaje que da al espectador explicación del tema de la obra y de otros detalles de la misma.

PÁRODOS: la obra comienza, a veces, con la entrada solemne del coro cantando y situándose en la orquestra en torno al altar de Dioniso situado en medio.

ESTÁSIMOS: durante el desarrollo de la obra el coro tiene tres o cuatro intervenciones más llamadas estásimos (significa algo así como "cantos a pie firme", sin danza), que suelen dividirse en distintas estrofas y antístrofas para terminar, a veces, en un epodo.

EPISODIOS: entre las intervenciones del coro se intercalan los parlamentos de los personajes, llamados episodios (la palabra episodio significa literalmente "intervenciones en medio del canto"), cada uno de los cuales puede tener varias escenas, es decir, entradas y salidas de personajes.

ÉXODO: última intervención del coro que marca el final de la representación.

 

d) Autores de tragedia.

       El gran éxito de la tragedia llegó y se mantuvo a lo largo de casi un siglo gracias a la creación de tres grandes poetas, algunas de cuyas obras han llegado a nosotros: Esquilo, Sófocles y Eurípides. Naturalmente hubo otros muchos dramaturgos aparte de los tres citados, pero poco o nada nos ha quedado de sus obras. De muchos de ellos sólo conocemos el nombre por aparecer citados en obras de escritores posteriores.

                                                                          

 

 

                               ESQUILO     

       Nació en el año 525/524 a. C., posiblemente en Eleusis, cerca de Atenas, en el seno de una familia acomodada, ya que su padre era un rico terrateniente. Vivió momentos trascendentales de la historia de su patria, que le marcaron profundamente. Participó en las batallas de Maratón y de Salamina. De esta participación en la lucha contra los persas parece que se sintió especialmente orgulloso, incluso más que de su labor poética, si es cierto que en su epitafio hizo que se aludiera a ello y no a su condición de poeta. En el año 484 obtuvo su primer premio en las competiciones teatrales de las que conseguiría un total de trece. Murió en Sicilia en el año 456 a. C.

       De sus obras, que fueron más de setenta, sólo conservamos las siete siguientes: Los Persas, Las Suplicantes, Siete contra Tebas, Prometeo y la trilogía La Orestía (tres tragedias sobre el mismo tema. Sus títulos son Agamenón, Las Coéforos, Las Euménides).

        El teatro de Esquilo todavía concede una gran importancia al coro; tanta que sus intervenciones abarcan la mitad aproximadamente de las obras. Este coro representa, salvo en el Prometeo, a la comunidad afectada por la acción de la tragedia e interviene en la acción misma, continuando así el primitivo papel que tenían los coros en los rituales dionisíacos. Los cantos corales presagian el futuro, aleccionan sobre los resultados funestos de la impiedad y de la injusticia y presentan las ideas a la luz de las cuales hay que juzgar la acción.

       Una de las aportaciones más importantes de Esquilo al desarrollo de la tragedia, es la introducción del segundo actor, que permitió la verdadera acción dramática. También en los temas introduce innovaciones, pues convierte los mitos y las leyendas locales de Grecia en expresiones dramatizadas de los problemas universales del hombre, tales como su relación con la divinidad, su destino, el problema del mal, la herencia de la culpa, el problema de la justicia en su sentido amplio o el orden que rige el universo. Por todo ello se le ha llamado "poeta de las ideas".

 

 

 

SÓFOCLES

       Nació en Colono, un lugar próximo a Atenas, en el año 496 a. C. Su padre fue un fabricante de armas que le dio una educación esmerada. Desde muy joven demostró grandes cualidades musicales a las que añadía una gran belleza física. Ambas cosas debieron de ser méritos muy notables para que fuera el encargado de entonar el peán (himno en honor de Apolo) por la victoria de Salamina cuando contaba unos dieciséis años. Participó vivamente en la vida política de Atenas, de la que parece que no salió nunca a no ser para prestarle servicios. Su amor a la ciudad y su larga vida de noventa años (murió en el año 406) lo convierten en el testigo más cualificado del siglo de mayor esplendor y de mayores calamidades que vivió Atenas en toda su historia. Desempeñó el cargo de estratego junto a Pericles en la batalla de Samos en el 441 a. C. y el de tesorero en el año 442, pero su actividad política no es relevante para conocer su personalidad poética. El público estimaba mucho su labor creadora y también su participación en la escena, tanto tocando la cítara como danzando. Compuso más de cien tragedias, unas veinte de las cuales ganaron el concurso, pero sólo conservamos enteras las siete siguientes: Áyax, Antígona, Edipo Rey, Las Traquinias, Electra, Filoctetes y Edipo en Colono.

       Entre las innovaciones que aportó al arte escénico, están la introducción de un tercer actor, el aumento a quince del número de miembros del coro y el desarrollo de los decorados. También abandonó la estructura trilógica de Esquilo y convirtió en tema de sus tragedias la figura de un personaje aislado. Así, se erigió en el autor trágico que mejor supo transmitir el dolor del ser humano frente a la soledad de su destino, como reflejan sus obras más importantes: Edipo Rey, el hombre que se ciega a sí mismo por haber encontrado su destino, lleva a escena el trágico reconocimiento por parte del héroe de su verdadera vida (asesino de su padre y esposo de su madre, tal como vaticinó el oráculo); Antígona, la hija de Edipo condenada a muerte por dar sepultura a su hermano Polinices, quebrantando así la orden de su tío Creonte, quien había prohibido que fuera enterrado. Antígona representa la lucha por la libertad y el enfrentamiento entre la justicia y los sentimientos; Electra, muestra a otra heroína femenina de gran fortaleza que instiga a su hermano Orestes a asesinar a Clitemnestra, la madre de ambos.

       Con Sófocles comienza un nuevo estilo de teatro, dominado por la acción centrada ahora sobre todo en los personajes. La intervención del coro es menor, aunque sigue siendo importante, porque acompaña las acciones del héroe con sus plegarias, cantos de dolor o alegría, o con sus consejos. Sófocles mezcla con originalidad escenas tradicionales y escenas innovadas para crear una acción teatral compleja. Particularmente notable es el uso del diálogo entre dos o tres personajes.

       Sófocles toma los temas de la leyenda heroica de modo muy similar a Esquilo, pero los dota de rasgos de carácter nuevos que los hacen más creíbles, menos mitológicos, más reales en definitiva. Esquilo ofrece en la escena una visión teológica y una reflexión sobre las causas del dolor, pero en la medida en que afectan a toda la sociedad, a una ciudad o a un grupo. Sófocles puede tratar el drama de toda una ciudad, como en Edipo Rey, pero su interés se centra en el drama del personaje Edipo; individualiza, pues, el sufrimiento. El esquema tradicional del héroe poderoso y luego sufriente es para él lo esencial.

 

       Veamos, a continuación, el argumento de cada una de las siete tragedias conservadas de Sófocles:

 

Áyax

       Tras la muerte de Aquiles, tres héroes se disputan sus armas: Agamenón, Odiseo y Áyax. Vence Odiseo, que es quien menos va a necesitarlas. Áyax no tolera esa afrenta y, furioso y enloquecido, cree lanzarse sobre los argivos, que resultan ser en realidad sus propios rebaños. La diosa Atenea es la que ha intervenido aquí para evitar que Áyax saciase su ira en sus camaradas argivos. Cuando Áyax recupera la cordura y ve que en vez de matar a los argivos ha hecho una carnicería con sus rebaños, reacciona de forma sorprendente y violenta. Decide suicidarse arrojándose sobre su espada. La tragedia acaba con el entierro del héroe a hombros del coro de marineros de Salamina que lo acompañan, mientras su esposa, Tecmesa, se lamenta desconsolada.

 

 

Filoctetes

       Filoctetes marchó a Troya enfermo por la mordedura de una serpiente. El olor de la herida molestaba a los marineros, quienes decidieron abandonarlo en la desierta isla de Lemnos. Le dejaron un arco y unas flechas para que pudiera sobrevivir. Ese arco, sin embargo, era regalo del mismísimo Heracles. Un oráculo anunció que la toma de Troya no sería posible sin ese arco. Por ello, los griegos vuelven a la isla de Lemnos. Neoptólemo (hijo de Aquiles) y Odiseo intentan que Filoctetes entregue el arco y, para conseguir su propósito, el astuto Odiseo se vale de engaños y artimañas. Pero no resulta fácil y sólo la presencia final de Heracles como deus ex machina convence a Filoctetes. Entrega el arco, abandona la isla y participa en la toma de Troya y, por obra de Asclepio (dios de la Medicina), su herida queda curada.

 

Edipo Rey

       Es la obra cumbre de la tragedia griega; acción y suspense se ponen al servicio del mensaje: ¿Quién soy yo? ¿Por qué he nacido en una determinada tierra, época y familia? ¿Está toda nuestra vida marcada por el destino? ¿Qué margen de libertad tiene el hombre para tomar decisiones? ¿Pueden conjugarse destino, libertad y responsabilidad? Sófocles responde de forma magistral a estas preguntas.

       Sobre Layo, rey de Tebas, pende un oráculo: el hijo que nazca de él y de Yocasta le matará. Pero, a pesar de todo, Layo y su esposa tienen un hijo. Para impedir que se cumpla el oráculo, Layo decide exponer al recién nacido. Le perfora los tobillos para atarlos con una correa y la hinchazón producida por esta herida le vale al niño el nombre de Edipo, que significa "pie hinchado". La criatura es entregada a un sirviente para que le dé muerte. El sirviente se dispone a abandonarlo para que sea pasto de las fieras. Entonces aparece un pastor de Corinto. Pólibo y Mérope, reyes de Corinto, no tienen hijos. El pastor se lleva a Edipo para que sus señores lo adopten. Edipo salva su vida, pasando toda su infancia y adolescencia en la corte de Pólibo, de quien cree ser hijo. Pero, al llegar a la edad viril, abandona a sus padres por un motivo: con ocasión de una riña, un corintio le revela que no es hijo del rey, sino un niño recogido. Edipo interroga a Pólibo, quien, finalmente, acaba confesándole la verdad. Entonces Edipo decide marchar a Delfos para consultar al oráculo y averiguar quiénes son sus verdaderos padres. En el transcurso de este viaje, en una encrucijada de caminos, tropieza con un anciano distinguido que va acompañado de escoltas. Se produce un forcejeo; Edipo mata a ese anciano (Layo) y a sus escoltas. Sólo uno sobrevive, el mismo que, años atrás, entregó a Edipo al pastor corintio. Edipo prosigue su camino hacia Tebas. Al llegar allí descifra el enigma de la Esfinge (un monstruo mitad león y mitad mujer) y, como recompensa, obtiene la mano de Yocasta y el trono de Tebas. Edipo, convertido en rey de Tebas, vive años de felicidad en compañía de su esposa y de sus cuatro hijos: dos varones, llamados Eteocles y Polinices; dos mujeres, llamadas Antígona e Ismene.

       La tragedia escrita por Sófocles comienza cuando la ciudad sufre una epidemia. La situación es catastrófica; los ciudadanos piden a Edipo que los proteja. Edipo envía a su cuñado Creonte al oráculo de Delfos en busca de información que explique las causas de la epidemia. Hay un hombre impío en la ciudad: esa es la causa. Edipo promete descubrirlo y expulsarlo, lanzando contra él terribles maldiciones. La acción avanza con la aparición en escena del adivino Tiresias, de Creonte, de Yocasta, de un mensajero de Corinto que anuncia la muerte de Pólibo y, finalmente, la del viejo sirviente de Layo, que acaba confesando la realidad de los hechos. Edipo comprende que el hombre impío al que aludía el oráculo no es otro que él mismo. Yocasta se suicida, él se ciega, y, en compañía de su hija Antígona, sale desterrado de su patria.

 

 

Edipo en Colono

       Cuando Edipo descubre que ha matado, sin saberlo, a su padre, y que ha compartido lecho, sin saberlo tampoco, con su madre, se ciega y sale desterrado de Tebas. Al inicio de la obra, Edipo, guiado por su hija Antígona, se encuentra en Colono, demo del Ática. Quiere vivir en paz los pocos días de vida que le concedan los dioses. El rey de Atenas, el legendario Teseo, le brindará hospitalidad y cobijo. La llegada imprevista de la otra hija de Edipo, Ismene, pone un acento de alegría entre tanto pesar. Pero la felicidad de Edipo dura poco; vuelve Creonte para proponerle el regreso a su tierra y la reconciliación. Vuelve también su hijo Polinices, para pedirle perdón y la bendición antes de su enfrentamiento con Eteocles, el hermano que se niega a abandonar el trono de Tebas. Edipo no quiere saber nada ni de su cuñado Creonte ni de su hijo Polinices; sólo consiguen despertar en él indignación, rencor y cólera. Polinices recibirá todo el odio y el desprecio de su padre. Edipo sólo quiere que lo dejen vivir en paz sus últimos días. La paz llegará sólo con la muerte; unos truenos indican que la hora final se acerca. Entonces Edipo alcanza la plenitud, el gozo y la felicidad.

 

Antígona

       Antígona, hija de Edipo, desoye la prohibición de su tío y gobernante de Tebas, Creonte, de enterrar a Polinices, caído en el enfrentamiento fratricida con Eteocles. Al amanecer procede a dar sepultura al cadáver. Los guardianes la sorprenden, la capturan y la llevan ante Creonte. Antígona defiende las leyes no escritas e inquebrantables de los dioses frente a las disposiciones de Creonte. Éste ordena la muerte de Antígona. En vano trata de impedirlo Hemón (hijo de Creonte), que está enamorado de la joven. Antígona es enterrada viva en una cueva y Hemón la acompaña. Desde ese momento todo va mal en Tebas; el adivino Tiresias explica la causa: los dioses desaprueban la muerte de los jóvenes. Creonte intenta dar marcha atrás, pero ya es demasiado tarde. En la cueva se ve lo irremediable: Antígona está muerta, Hemón todavía vive, lo justo para autoinmolarse con ella ante los emisarios de su padre. Creonte esboza un arrepentimiento ya inútil. Su propia esposa, Eurídice, se suicidará al conocer lo sucedido. Creonte quedará al final de la obra solo, abandonado y roto de dolor.

 

Electra

       Cuando Agamenón regresa a su casa después de la guerra de Troya, su esposa Clitemnestra lo asesina en colaboración con Egisto, su amante. Agamenón y Clitemnestra tuvieron dos hijos: Orestes y Electra. La obra de Sófocles comienza cuando ya han transcurrido varios años desde la muerte de Agamenón. Electra, que ahora es una mujer, espera ansiosamente el regreso de su hermano Orestes para vengar la muerte del padre (en el momento del asesinato de Agamenón y para evitar que lo mataran también, Electra, la hermana mayor, sacó a escondidas del palacio al pequeño Orestes y el niño se crió lejos de su madre, en Fócide). En la obra de Sófocles, Orestes, convertido ya en un joven, se reencuentra con su hermana Electra; ambos planean el asesinato de Clitemnestra y Egisto y lo llevan a cabo.

 

 

Traquinias

       La acción se desarrolla en Traquis, en Tesalia. Deyanira, la esposa de Heracles, aguarda el regreso de su marido, que lleva en campaña quince meses. La llegada del héroe es inminente, pero... no viene solo; con él está Yole, joven princesa de quien se ha enamorado. Deyanira sabe que no podrá competir con una mujer más joven y hermosa que ella. Entonces le hace llegar a su esposo una túnica impregnada con la sangre del centauro Neso; piensa que será una especie de amuleto eficaz. Pero, al poco de haberla enviado, tiene un extraño presagio: el copo de lana con el que había untado la túnica se deshace. Ya no puede hacer nada. La túnica llega a Heracles; se la pone y, al instante, comienza a retorcerse, a enloquecer. Deyanira, al conocer lo sucedido, se suicida, mientras que el héroe moribundo aún tiene fuerzas para pedirle a su hijo Hilo que lo coloque en una pira funeraria en la cumbre del monte Eta, donde se producirá su apoteosis.

 

 

EURÍPIDES

        Eurípides nació en 485/484 a. C. Recibió una buena educación, destacando como atleta y frecuentando el trato de los filósofos y sofistas más destacados del momento. Su participación en la vida política, sin embargo, fue más bien escasa; dedicó todo su esfuerzo a los libros (sabemos que tenía una buena biblioteca, hecho excepcional en la Atenas de su época) y a su labor teatral. Al contrario que Esquilo y Sófocles, Eurípides parece que vivió al margen de la vida de la ciudad. Más que un ciudadano fue un intelectual. Se dice que en Salamina componía habitualmente sus obras y que allí meditaba en una gruta de la isla sobre los enigmas de la existencia, alejado de los hombres y con la mirada fija en el mar, lo que quizá explica la abundancia de imágenes marinas que hay en su obra. Su comportamiento le creó un ambiente hostil entre los sectores más conservadores de la vida ateniense, que acabarían empujando al poeta al exilio en la corte macedonia de Arquelao, donde murió en el año 407 a. C.

        Al parecer compuso 90 tragedias de las que se conservan 19. Participó por primera vez en los certámenes teatrales en el 455 a. C. y su primera victoria le llegó catorce años después, lo que puede considerarse una prueba de su enfrentamiento con el público; sin embargo, su labor fue plenamente reconocida posteriormente, como lo demuestra el hecho de que sus tragedias se representaran en distintos lugares de Grecia con frecuencia y que se conserven más que de los otros dos poetas. Las obras conservadas son las siguientes: El Cíclope, Alcestis, Medea, Hipólito, Hécuba, Andrómaca, Los Heraclidas, Las Suplicantes, Heracles, Las Troyanas, Ión, Ifigenia entre los Tauros, Helena, Electra, Orestes, Las Fenicias, Ifigenia en Áulide, Las Bacantes y Reso.

        Los elementos más característicos de los dramas euripídeos son los siguientes:

  • Los prólogos, en los que se cuentan los acontecimientos anteriores a la acción inicial de la tragedia, suelen ser recitados por un solo actor.
  • Las leyendas heroicas reciben un tratamiento nuevo, a menudo con la intención de criticar a los dioses y a los héroes tradicionales.
  • Los dioses son para Eurípides símbolos de los poderes irracionales. Los destinos humanos están dirigidos por la fortuna.
  • Eurípides muestra un gran interés por los personajes femeninos (la mayor parte de sus obras conservadas llevan nombre de mujer) a los que dota de nueva caracterización. Las mujeres de Eurípides no son idealistas; se mueven por sentimientos personales y por las propias pasiones.
  • Eurípides critica duramente muchos principios tradicionales considerados por la sociedad ateniense intocables, como la superioridad del hombre sobre la mujer y del griego sobre el bárbaro o la virtud de la guerra.
  • Eurípides utiliza la tragedia como un foro para exponer sus ideas, sus inquietudes o su actitud inconformista.
  • Al final de la obra acude al recurso del deus ex machina, es decir, de un dios que aparece al final de la obra para arreglar situaciones que parecían imposibles de solucionar. El recurso recibe el nombre de deus ex machina porque el dios aparecía en escenas colgado de una especie de grúa (mhxanh, latín machina), como si viniera del Olimpo o de los cielos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LA COMEDIA

       Una comedia griega es, como la tragedia, una representación dramática y lírica, porque también alternan en ella los elementos propiamente dramáticos (diálogos y acciones), con los líricos (los pasajes cantados por el coro). Sin embargo, su tema es cómico y sus personajes son generalmente inventados, aunque también aparecen personajes existentes satirizados. Se muestran en la comedia todos los elementos propios de la fiesta: la sátira personal, la abundancia de comida, el erotismo, incluso la obscenidad. El propósito básico era divertir, si bien el poeta buscaba al mismo tiempo presentar una crítica de los comportamientos humanos en general o incluso debatir soluciones a los problemas de la ciudad, aunque estas soluciones fueran siempre totalmente utópicas.

       Sobre el origen de la comedia tenemos muchas dudas. Aristóteles dice que se originó a partir de los entonadores de los cantos fálicos, coros de danzarines que llevaban en procesión un falo y que, según el filósofo, todavía eran habituales  en su época en distintas ciudades. El nombre de comedia (kwm%dia  procede de kwmoj, cortejo de seguidores de Dioniso que honraban al dios mediante manifestaciones carnavalescas; comedia significa, pues, "canto de un cortejo". Las variantes de estas manifestaciones (verdaderos precedentes de la comedia) eran abundantes en toda Grecia y fuera de ella. Se trataba de procesiones carnavalescas que tenían en común,  además de parte de su atuendo, el canto y la provocación mediante gestos obscenos, burlas y críticas a los asistentes. En muchas de estas procesiones el cortejo iba acompañado de personas disfrazadas de diversos animales, sin duda un rasgo de su carácter agrario. Restos de esta costumbre son los coros de animales (ranas, aves, avispas) que aparecen en algunas comedias de Aristófanes y que dan título a las obras.

        La comedia se incorporó a los festivales dionisíacos de Atenas en el año 486 a. C. y quedó vinculada a la fiesta de las Leneas hacia el año 442 a. C. El nombe de Leneas procede al parecer de lhnai (cortejo de ménades, mujeres que participaban en los rituales dionisíacos). Se celebraba esta fiesta en el mes de Gamelión (enero-febrero) y en ella se rendía a Dioniso un culto anterior al celebrado en las Grandes Dionisias, la fiesta de las tragedias.

       La comedia griega evoluciona con el tiempo. Por ello se habla de tres períodos: Comedia Antigua, Comedia Media y Comedia Nueva.

a) Comedia Antigua.

       A este período pertenecen las comedias representadas en Atenas en el siglo V a. C. De todas estas obras las únicas que se han conservado completas pertenecen a Aristófanes, y de ellas las dos últimas (Asambleístas y Pluto) son del siglo IV a. C. En este período el tema primordial es el político o, en todo caso, se tratan temas de interés general, que exceden los problemas privados. El tratamiento de los temas es con frecuencia de una sátira muy violenta contra personas e instituciones y su gusto por lo chocarrero e incluso por lo obsceno lleva a que su trama resulte en muchas ocasiones deshilvanada.

        El desarrollo de la trama de la comedia antigua contiene las siguientes partes:

  • PRÓLOGO: comienza la obra con un prólogo dialogado en el que se presenta el problema, habitualmente tratando de intrigar al espectador. Suele ser más amplio que el prólogo de la tragedia, quizá porque los temas míticos de la tragedia eran en general conocidos por los espectadores, mientras que lo novedoso de los temas cómicos obligaba a dar una mayor información.
  • PÁRODOS: es la entrada del coro en la orquestra, con un tono nada solemne, sino muy caótico y desenfadado, a veces incluso violento: el coro llega con intención de golpear o apedrear a un personaje. En la comedia el coro actúa a veces en contra del protagonista y otras como su aliado; en ocasiones como mero comparsa de la acción.
  • AGÓN: esta palabra significa "enfrentamiento". Es la parte donde dos actores discuten acerca del tema central de la obra. A veces va precedido de un enfrentamiento menos dialéctico, a porrazo limpio. Termina con una escena o dos marcadas por intervenciones cantadas del coro.
  • PARÁBASIS: esta palabra significa "avance" (de parabainw "avanzar"). Se trata de una parte característica de la comedia. Todos los personajes abandonan la orquestra y el coro se dirige al público una vez acabado el agón para criticar una situación, afearles una conducta o alabar al autor de la obra. Es, por tanto, una especie de paréntesis o digresión crítica que el autor, por boca del coro, hace a los espectadores.
  • EPISODIOS: seguían a la parábasis una serie de episodios separados por breves cantos del coro que a veces continúan la línea de la trama principal, aunque habitualmente tienen la finalidad de ilustrar la conclusión que se desprende del agón.
  • ÉXODO: marcaba el fin de la obra. En él intervienen los actores protagonistas del agón, derrotado uno y victorioso el otro, y el coro aclama a éste y abandona la escena danzando precedido por el vencedor.

 

b) Comedia Media.         

       Pertenece a este período la comedia ateniense creada entre el 400 y el 323 a. C. aproximadamente. Hoy no queda de ella prácticamente nada. Las obras de este período perdieron su colorido ateniense a favor de temas más cosmopolitas; desapareció la parábasis; se redujo drásticamente el papel del coro y desapareció el vestuario grotesco y la presencia del falo. También se perdieron o apenas tuvieron importancia los temas y comentarios políticos, que fueron sustituidos por las sátiras contra distintos tipos sociales: la cortesana, el soldado, el enamorado, etc.

 

 

c) Comedia Nueva.

        Pertenecen a este período las obras representadas en Atenas entre el 323 y el 263 a. C. aproximadamente. En el año 338 a. C., la batalla de Queronea acaba con la independencia de Atenas y la sátira política no tiene ya sentido porque los asuntos políticos están controlados por los macedonios vencedores y los ciudadanos quedan excluidos del ejercicio de la política, de la que antes eran activos protagonistas. Ahora importan ya exclusivamente los temas privados, se modera la ridiculización personal y se tiende a la creación de tipos fijos: el joven enamorado, el esclavo listo, el soldado fanfarrón...

       Estas comedias aparecen divididas en cinco actos separados por intervalos corales carentes de importancia a cargo de un coro que no tenía ninguna otra función en la obra. El vestuario cambió totalmente (los actores llevaban la vestimenta típica ateniense), aunque se mantuvieron las máscaras. Las obras estaban ambientadas en Atenas, pero hacían pocas alusiones a los ciudadanos atenienses y los comentarios políticos desaparecieron casi por completo. Los temas se toman sobre todo de la vida privada de familias ricas. Hasta el año 1958 en que apareció en un papiro de Egipto el Misántropo de Menandro, máximo representante de la comedia nueva, no teníamos ninguna obra completa de este período, aunque sí extensos fragmentos del propio Menandro, así como de Filemón y de Dífilo. La Comedia Nueva fue frecuentemente imitada por la comedia latina, sobre todo por Plauto.

 

       Los máximos representantes de la comedia y los únicos de los que se conservan obras completas son Aristófanes en la comedia antigua y Menandro en la comedia nueva.

 

 

 

ARISTÓFANES

        Es muy poco lo que se sabe de la vida de Aristófanes, pero su vinculación con el teatro podía venirle de familia, pues un hermano suyo también era comediógrafo, como lo fue su hijo. Su fecha de nacimiento tampoco es segura, quizá a mediados del siglo V a. C. (450-440). No se sabe que desempeñara cargo político alguno, aunque en sus obras muestra un claro interés por los asuntos de la ciudad. La época que le toca vivir es crucial en la historia de Atenas. Testigo de la guerra del Peloponeso y, lo que es peor, conocedor de la derrota amarga a manos de los espartanos, hace desfilar por sus obras a todos los protagonistas de ese desastre. Si alguna época podía prestarse perfectamente a la crítica era esa; muerto Pericles a causa de la peste que se desató en Atenas al comienzo de la guerra, la ciudad quedará expuesta a elegir entre lo malo y lo peor, según palabras del propio Aristófanes: o el timorato Nicias o el osado e inculto Cleón. Todos los valores de la época dorada se ven sometidos a revisión, y no hay ninguno que resista con solidez.

 

       La producción de Aristófanes es amplia. Compuso unas cuarenta comedias, de las que se conservan títulos y fragmentos (cerca de mil) de casi todas, y once completas, que son las siguientes:

 

  • Acarnienses, sátira contra la guerra del Peloponeso. Idea crítica: la guerra está devastando los campos de Atenas y perjudica de forma notable los intereses de los agricultores del Ática. Tema cómico: Diceópolis, harto de tantos años de guerra, gestiona una tregua privada para él y para su familia. Al ver lo sucedido, todos quieren participar de ella.

 

  • Caballeros, crítica contra Cleón (demagogo ateniense) y contra la democracia. Idea crítica: la clase política es impresentable. El gobernante del momento, Cleón, es el colmo de la desfachatez, la inmoralidad y la ignorancia. El pueblo ya no aguanta más. Tema cómico: dos esclavos de Cleón conspiran para derrocarlo. Para ello van al mercado y convence a un morcillero de que ocupe el puesto de Cleón. Sólo otro hombre de peor estofa, más ignorante pero bienintencionado, podrá ocupar la jefatura del gobierno. El morcillero acaba aceptando y derrota a Cleón; éste se ve condenado a vender morcillas en el ágora.

                                               

  • Nubes, dura crítica contra el filósofo Sócrates. Idea crítica: los nuevos sistemas educativos, a cuyo frente están Sócrates y los sofistas, están socavando los valores tradicionales de la polis, que debe recuperar cuanto antes su identidad. Tema cómico: por culpa de la pasión de su hijo Fidípides por los caballos y otros lujos, Estrepsíades, un viejo campesino, se halla en la miseria. A fin de convencer a sus acreedores con argumentos solventes, decide entrar en el "Frontisterion" ("Pensadero" o "Caviladero" en traducción castellana), escuela de sofistas regentada por Sócrates. Estrepsíades se matricula y fracasa. Decide entonces que sea su hijo Fidípides quien acuda a seguir las enseñanzas de los sofistas. Y bien que las sigue, aunque las pone, no al servicio de los intereses del padre, sino al de sus acreedores. Agobiado y desesperado, Estrepsíades prende fuego al "Frontisterion".

 

  • Avispas, sátira contra la administración de justicia. Idea crítica: los miembros de la Heliea, el Tribunal de Justicia de Atenas, están agradecidos a Cleón, que ha subido sus dietas para acudir a las sesiones de 2 a 3 óbolos diarios. Hay bofetadas para acudir a la Heliea. Cualquier incidente se convierte en un pleito, fuente de ingresos para los jueces. Estos excesos deben ser corregidos. Tema cómico: un anciano ateniense, Filocleón, está obsesionado con el Tribunal. Su hijo Bdelicleón lo encierra para que no pueda acudir a juzgar a la mañana siguiente. Al ver que se retrasa, sus compañeros van a interesarse por él; ven la situación y, tras una pelea con los criados, logran que Filocleón aparezca. Su hijo expone sus argumentos y convence al padre y al coro. Filocleón no irá al Tribunal; le llevarán el Tribunal a casa. En una parodia caricaturesca se escenifica un pleito entre dos perros que acaba con la absolución del culpable. Por primera vez Filocleón pronuncia un veredicto absolutorio..., y se desmaya. Así se da cuenta de que es mejor la vida sin sobresaltos.

 

  • Paz, comedia en la que se contraponen a la guerra las ventajas de la paz. Idea crítica: la guerra está hundiendo a todos, pero especialmente a los habitantes del campo; debe acabar cuanto antes. Tema cómico: un campesino, Trigeo, a lomos de un escarabajo gigante asciende a los cielos para rescatar a Irene, la Paz, prisionera de Pólemos (la Guerra). Tras una dura lucha con ésta y sus escuderos, y con la ayuda del coro formado por campesinos del Ática, logra rescatarla y devolverla a la tierra. Cuando la Paz llega a Atenas, quienes sacan provecho de la guerra y viven de ella, intentan oponerse y boicotear a la Paz, pero es inútil. De la mano de Trigeo triunfará e impondrá su ley; la amistad, el diálogo y la concordia reinarán en la ciudad.

 

  • Aves, humorística representación de cómo las aves arrebatan a los dioses su residencia. Idea crítica: en Atenas no hay quien viva; la presión fiscal es agobiante e injusta y hay que buscar un remedio. Tema cómico: Pistetero y Evélpides, hartos de pagar impuestos y de aguantar a los políticos, deciden poner fin a su situación. Huyen de Atenas para fundar Nefelococygia, una ciudad en el mundo de las aves. En ella no tienen cabida los recaudadores de impuestos ni tipos indeseables. No es fácil su empresa; deben negociar con los dioses, que no ven con buenos ojos la fundación de la ciudad, y con las aves, que al final los admiten en su reino y los proveen de alas. Allí se quedan los dos amigos para el resto de sus días, burlándose de cuanto acontece en Atenas.

 

  • Lisístrata, huelga de las mujeres contra la guerra. Idea crítica: hay que parar la guerra. Todos están sufriendo las consecuencias de un largo y absurdo enfrentamiento entre griegos. Los responsables son los políticos, a quienes hay que dar un escarmiento. Tema cómico: cansada de esperar que el marido vuelva del campo de batalla, una mujer llamada Lisístrata ha ideado un plan para poner remedio a esta situación: reunir a las mujeres de los dos bandos y convencerlas de que hagan una "huelga de sexo", negándose a tener relaciones sexuales con los hombres hasta que firmen la paz. Toman la Acrópolis y allí imponen sus leyes. Finalmente, los maridos se sentarán a negociar y llegará a ambos bandos la paz y la cordura.

 

  • Tesmoforias, comedia en la que se ridiculiza al poeta Eurípides. Idea crítica: el escritor debe ser también educador del pueblo. Mal ejemplo da Eurípides, contemporáneo de Aristófanes, que presenta en escena a mujeres que viven pasiones inconfesables y poco moralizadoras. El autor trágico debe ser llamado al orden. Tema cómico: hartas de que se meta con ellas en sus tragedias, las mujeres deciden conspirar contra Eurípides y darle un escarmiento en las fiestas femeninas de Deméter y Core (las Tesmoforias). Eurípides, que se huele algo, envía a las celebraciones a un pariente suyo llamado Mnesíloco, disfrazado de mujer. El coro de mujeres lo descubre y lo castiga, amarrándolo a una roca, como a Andrómeda, expuesto a los monstruos marinos. Será Eurípides quien lo rescatará, tras una serie de situaciones en las que la burla de Aristófanes hacia el tragediógrafo resulta demoledora.

 

  • Ranas, jocosa sátira de los Misterios y de la creación literaria. Idea crítica: muertos Esquilo, Sófocles y Eurípides, no queda nadie capaz de escribir buenas obras. La escena está en crisis; los nuevos dramaturgos no tienen calidad. La cultura del momento comienza a ser mediocre y parece necesario un revulsivo que la revitalice. Tema cómico: el mismísimo Dioniso, divinidad que tutela los certámenes dramáticos, emprende un viaje al Hades en busca de un poeta trágico que devuelva a la escena griega su calidad y su vigor. Esquilo y Eurípides presentan sus credenciales; el dios inclina sus preferencias hacia Esquilo, quien logra vencer a Eurípides. Esquilo alude a Sófocles como su sucesor en el trono de la tragedia, en el que nunca deberá sentarse Eurípides.

 

  • Asambleístas, las mujeres toman el poder a causa de la pésima capacidad de los hombres para gobernar. Idea crítica: la nueva situación política ha sumido a los atenienses en la humillación. La clase dirigente es la última culpable. Pero no parece que la solución que propone el lacedemonio invasor y vencedor sea la mejor ni la más conveniente para Atenas. Tema cómico: las mujeres de Atenas, hartas de la incapacidad de los hombres para llevar las riendas de la ciudad, deciden dar un golpe de Estado. Disfrazadas de hombres, acuden a la Asamblea y logran que se apruebe por votación mayoritaria entregar el gobierno de la ciudad a las mujeres, quienes, dirigidas por Praxágora, impondrán un sistema totalitario de corte colectivista. La segunda parte de la obra, sin embargo, nos hace ver que no todos pretenden aceptar ese nuevo comunismo que parece tener también algunos puntos flacos que al pueblo le cuesta asumir.

 

  • Pluto, crítica contra el injusto reparto de la riqueza. Idea crítica: las desigualdades sociales en Atenas se están haciendo abismales al final de una guerra que ha dejado desolación y miseria. Hay que denunciar la situación e intentar hacer algo por mejorarla. Tema cómico: Crémilo, un viejo pobre pero honrado, acude al templo de Apolo a preguntar al dios cómo puede hacer que cambie su suerte. El dios le ordena que acompañe al primer hombre que encuentre. Éste resulta ser un anciano ciego que es... el mismísimo Pluto, la riqueza personificada. Por culpa de su ceguera, la riqueza está mal repartida. Si se le devuelve la vista, desaparecerá la pobreza. Crémilo lleva a Pluto al templo de Asclepio y allí recobra la vista. Ya no habrá pobres, pero nadie querrá trabajar. La nueva situación que beneficiará a las gentes honradas, no será aceptada por los personajes más inmorales y vividores de la sociedad ateniense. También Penía, la pobreza personificada, levanta su voz reivindicando sus derechos y alertando sobre los problemas de una sociedad enriquecida de la que desaparezcan valores como la austeridad, el esfuerzo y el trabajo.

 

       La comedia de Aristófanes arranca de la polis ateniense. La ciudad, sus gentes, sus políticos, sus artistas, sus jueces, sus gobernantes, sus fiestas...son el punto de partida para cualquier argumento.

       En esencia, trata un problema serio ("idea crítica") de forma divertida y desenfadada ("tema cómico"). Es decir, el contenido es serio y profundo, pero la trama que lo recubre es disparatada, alocada y divertida.

 

       La comedia arranca de la realidad, denunciando un problema serio que afecta a los ciudadanos. Al problema el autor le busca una solución arriesgada e ingeniosa en el plano de la fantasía, o en el campo del absurdo, para intentar transformar desde allí la realidad denunciada en un derroche de ingenio y de imaginación.

       Así pues, destaca en Aristófanes su gran capacidad para inventar argumentos ingeniosos a través de los cuales realiza una fantasía satírica de la vida contemporánea. Su sátira es en gran parte política en las primeras comedias, pero después de la revolución de la oligarquía del año 411se vuelve hacia la literatura, la filosofía y, al final, hacia una templada crítica social.

       Aristófanes también es un brillante poeta por su dominio de los recursos de la lengua, que le permite introducir en sus obras cualquier otro estilo además del puramente cómico: retórico, jurídico, religioso, épico, trágico o lírico. Hay además en sus comedias juegos de palabras, neologismos, aliteraciones, dialectalismos, etc.

        El tipo de personaje que más le gusta recrear parece ser el ateniense maduro, ingenuo y astuto al mismo tiempo, un simplón simpático y sincero que termina triunfando en sus absurdas aventuras.

        En la comedia antigua son abundantes las obscenidades, que forman parte natural de los primitivos ritos de la fertilidad. Aristófanes las emplea con gran soltura, pero sin caer en el abuso; la presencia de estas obscenidades va disminuyendo a lo largo de su creación poética. Aristófanes es un maestro de los chistes verbales y de las situaciones cómicas. De su sátira no quedan libres ni dioses ni hombres.

 

 

MENANDRO

        Nació en el seno de una rica familia ateniense hacia el año 341 a. C. Fue un poeta precoz, pues se dice que representó su primera comedia, La cólera, el año 322 y con ella ganó el primer premio. Este dato no es muy fiable, pero sí parece cierto su gran éxito como creador de comedias, hasta el punto de que llegaría a considerársele el mejor después de Aristófanes. Murió en el 290 a. C., según una tradición antigua no demasiado fiable, ahogado mientras se bañaba.

        Compuso un centenar de comedias de las que sólo se conserva completa el Misántropo, obra con la que ganó el premio en el 316 a. C. La trama gira en torno a un viejo desconfiado y cascarrabias llamado Cnemón, que se opone a la boda de su hija con un joven llamado Gorgias, hijo de un matrimonio anterior de su mujer. Cnemón rechaza a Gorgias una y otra vez hasta que queda desconcertado cuando, al caer a un pozo, el joven le ayuda a salir de él; al final es llevado a regañadientes a las fiestas nupciales.

        Menandro supo aunar muy bien elementos trágicos con elementos cómicos para crear una nueva comedia de costumbres. Amplió el número de personajes y tomó temas de la tragedia; su obra se caracteriza por una ironía y una lección moral amables.

        Más admiradas por la posteridad que por sus contemporáneos, las comedias de Menandro fueron repuestas en Atenas después de su muerte y adaptadas a la escena romana por Plauto y Terencio, por medio de los cuales ejercieron una profunda influencia en la moderna literatura europea.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

EL DRAMA SATÍRICO

       El drama satírico era una composición teatral donde la tragedia se tomaba a broma, porque los temas heroicos eran tratados en tono jocoso y burlesco, como una caricatura. Se dice que fue introducido en Atenas por Prátinas de Fliunte a finales del siglo VI a. C. Recibe su nombre del coro, que siempre estaba formado por sátiros, personajes mitológicos con figura humana y rasgos de animales, como caballos o machos cabríos, siempre con larga cola y desmesurado miembro viril, que danzaban al son de la flauta por el campo y que en cierto momento fueron asociados al culto de Dioniso. Hacia el año 500 a. C. aproximadamente, el drama satírico fue incluido en los concursos teatrales, en los que se representaba al final de cada grupo de tres tragedias, formando con ellas una tetralogía, quizá para relajar la tensión de los espectadores.

 

 

 

 



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