4 / 15
Bessie Coleman (1892-1926)
Cuando se trata de romper prejuicios y reglas establecidas, Bessie Coleman es una referencia. De joven trabajó junto a sus 12 hermanos en un campo de algodón y, cuando acabó el instituto, viajó a Chicago para trabajar en una barbería. Su curiosidad la llevó a interesarse por las fotos de los pilotos de las fuerzas aéreas y, tras ser rechazada en todas las escuelas de vuelo norteamericanas que contactó, emigró a Francia para conseguir su sueño. Una vez volvió a Estados Unidos en 1921, ya como la primera mujer afroamericana con una licencia de piloto en suelo norteamericano, se convirtió en piloto de acrobacias ante público no segregado, una condición que exigía Coleman expresamente. Su sueño era montar una escuela de vuelo para todos los afroamericanos que, por culpa de la segregación racial de la época, no eran aceptados en las escuelas de vuelo convencionales. Con 34 años, un accidente aéreo en el que conducía su mecánico se llevó su vida por delante y, con ella, el sueño de montar su academia.