Entrada en el Arca de Noé
Hacia 1630. Óleo sobre lámina de cobre, 56 x 88 cmDepósito en otra institución
Se trata de una copia de Jan Brueghel el Joven del original pintado por su padre en 1613, que es una de sus composiciones más acertadas y que más fueron copiadas. El árbol sin hojas, uno de los recursos compositivos más ingeniosos ideados por Jan Brueghel el Viejo, tiene una doble función: sirve de lugar de descanso a las aves que se aproximan volando desde la lejanía y, al mismo tiempo, separa el medio acuático del medio terrestre, es decir, los entornos naturales adecuados a la representación de los diferentes animales en el hábitat que les es propio: aves acuáticas en el riachuelo; cuadrúpedos, aves de corral y roedores en la tierra. Este árbol percha se ve contrarrestado por un grupo de árboles frondosos que delimita el bosque con edificaciones a la derecha (lo que va a sucumbir con el Diluvio) del Arca que se alza en un claro, a la izquierda. En el centro, Noé con su mujer y su hija, vestidas como campesinas flamencas de la época, contemplan el paso de la caravana de animales que avanza en diagonal, desde el primer plano, hacia el Arca que se vislumbra en la lejanía. Ciervos, osos y bueyes procedentes del bosque se incorporan a la caravana. Los leones están tomados de un dibujo de Rubens (Viena, Albertina), y los leopardos y el caballo blanco, de sendos cuadros de ese maestro: "Leopardos, sátiros y ninfas" (hoy desaparecido y conocido por un grabado de C. N. Varin) y el "Retrato ecuestre del duque de Lerma" (Museo del Prado, P03137).