Abraham y Melquisedec
1668. Óleo sobre lienzo, 114 x 150 cmNo expuesto
La obra representa el momento en que Abraham, regresando del combate con Codorlaomor y los reyes aliados, se encuentra con Melquisedec, rey de Salem que le ofrece el pan y el vino (Génesis, 14, 18-21). Se quiere exaltar la figura de Abraham como guerrero, su coraje, pero también su generosidad, con un trasfondo profundamente religioso, en la actitud que adopta el patriarca ante el sacerdote Melquisedec. La composición ha sido tomada del grabado original de B. Salomon utilizado también por Velázquez para Las lanzas (P1172). A pesar de esto, los modelos de las figuras y la utilización de un punto de vista tomado desde abajo resultan más cercanos a composiciones y grabados de Rubens con el mismo tema, que era posible contemplar en Madrid, y que Escalante evidentemente conocía bien. En lo que se refiere al color, basado en una gama de colores pálidos y fríos, con rosas, azules, grises y malvas, y por el empleo de una técnica suelta y ligera, se podría afirmar que su estilo anticipa algunos aspectos típicos del siglo XVIII (Urrea, J. en: La Pittura Madrilena del Secolo XVII, Roma-Palazzo delle Esposizioni, 1991, p. 142).
Forma parte de la serie de dieciocho lienzos de temas bíblicos relacionados de algún modo con la Eucaristía, que pintó Escalante entre 1667 y 1668, para la sacristía de la Merced Calzada de Madrid, donde los citan todos los escritores clásicos con sumo elogio. La serie se completaba con un lienzo de Montero de Rojas, El paso del río Jordán con el Arca de la Alianza (P4697).
Palomino, al citarlos, observa que en los lienzos de Escalante se descubre el gran genio que tenía y la afición a Tintoretto y Veronés, porque sigue en todos aquel estilo en la composición y gracia de actitudes.
La serie ilustra, efectivamente, episodios del Antiguo Testamento, en concordancia con la Eucaristía y constituye el conjunto más homogéneo e interesante que pueda permitir conocer el estilo de la madurez del malogrado artista. Es obra muy significativa de su estilo, con las ya citadas resonancias venecianas y una notable transparencia de color.
Pérez Sánchez, Alfonso E., Carreño, Rizi, Herrera y la pintura madrileña de su tiempo, Madrid, Ministerio de Cultura. Banco Herrero, 1986, p.308