La objeción

Presentar objeciones ante los argumentos de los demás no es una tarea fácil; debemos saber expresar nuestro desacuerdo, pero sobre todo explicar por qué. A esto se llama contraargumentar.

Si en un diálogo en nuestra vida diaria es muy normal contradecir lo que alguien dice (cuando no estamos de acuerdo, decimos "eso no es así, porque"), también a la hora de escribir hay que hacerlo, es decir, adelantarnos a posibles argumentos, y tener en cuenta las opiniones ajenas. De ese modo nuestro receptor ve un razonamiento más amplio, y nos mostramos más objetivos.

Podemos presentar nuestros contraargumentos con pero, sin embargo, no obstante. Te mostramos un ejemplo:

Hay muchas personas que piensan que los perros no deberían estar en las playas, porque ensucian; sin embargo, si los dueños saben recoger sus excrementos, y los controlan, el argumento no se sostiene. De hecho, hay también personas que no saben estar en la playa, y que dejan todo hecho una pena, lleno de basura.

Otra forma de presentar nuestra contraargumentación podría empezar por construcciones como por desgracia, resulta difícil comprender, es una pena/lástima, etc:

Es una pena que no dejen ir a los perros a la mayoría de las playas. La gente que está de acuerdo cree que molestan y ensucian; pero no tienen en cuenta que hay personas que también molestan, y mucho (gritan, ponen la radio a todo volumen, juegan a la pelota sin importarles si dan a alguien), y ensuciar no digamos.

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