Falacias formales

Concluimos este apartado con tres ejemplos de falacias formales:

Falacia ad populum. En ella se concluye que algo es cierto porque "mucha gente opina así", pero no siempre ocurre que porque todo el mundo opine o crea lo mismo, tenga razón. Recuerda que en otros tiempos no solo "la mayoría de la gente", sino todos, pensaban que la Tierra era plana: hoy sabemos que no es así.

Es muy frecuente también oír a alguien decir que “algo es así porque todos lo dicen”. El argumento, en muchas ocasiones, es falso, porque en general ese “todos” se refiere a él mismo y pocas personas más. El que habla extiende su propia opinión a todo el conjunto. Y, como hemos dicho, que "todos" (o la mayoría) opinen algo no significa que sea cierto.

Falacia de la causa y el efecto. Si una cosa sucede después de que ocurra otra cosa, tendemos a pensar que "la primera fue la causa de la segunda". Esto, a veces, nos puede impedir ver que tal vez no tenían nada que ver, o que tal vez había otras causas alternativas o condiciones más importantes.

Falacia de la antigüedad. Consiste en considerar algo adecuado porque "en otros tiempos se hizo así", o "siempre se ha hecho así". Se basa en dos ideas falas: que en el pasado ya se demostró que estaba bien, y que las razones que avalaron algo en el pasado siguen vigentes hoy. Que durante mucho tiempo las mujeres o los homosexuales hayan sido discriminados y privados de derechos fundamentales, no justifica que tenga que seguir siendo así.

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